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Mostrando entradas de enero, 2022

De ocasos y amaneceres se trata la vida…Por María del Carmen Becerra

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 Cuando de ocasos hablamos, nos referimos a cuando el día se acerca al final, cuando el sol comienza a esconderse en el horizonte, cuando llega el horario del descanso tan ansiado después de un día difícil,agotador… Cuando nos referimos a los amaneceres, es a los comienzos del día, cuando el sol comienza a iluminarnos y a darnos su tibieza, es cuando, ya descansados, empezamos a pensar en todo lo que tenemos que hacer. Viene el desayuno caliente, nutritivo, que nos da impulso para batallar con nuestro día por más difícil que sea… Igual que la vida… tan igual… con sus ocasos y amaneceres, con vidas que comienzan y vidas que se apagan poco a poco… Los ocasos duelen, los ocasos apagan, los ocasos entristecen, los ocasos oscurecen, los ocasos intentan derrotarnos, los ocasos nos llenan de preguntas y no nos dan respuestas… Los amaneceres impulsan, los amaneceres encienden, los amaneceres nos llenan de alegría, los amaneceres iluminan, los amaneceres nos llenan de vida y de fuerza para pode

TRÍADA PROFANADA, por Rosana Ivone González y Graciela María Berti

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               Fuiste un torbellino de ideas volcánicas. Lava incandescente y arrebatadora. Fuiste gestora bullente de ideas y ejecutora pasional de todas ellas. Nada te detuvo. Nadie podía detenerte sin quedar enredado en sus propias razones, magras y frágiles, frente al torrente de palabras que fundamentaban cada uno de tus actos. Nada fue azaroso en tu vida. Nada de aquello en lo que ejerciste celoso dominio quedó librado a la improvisación. Pocos podían resistir ese ritmo fragoroso que marcó tus días, ese temperamento feroz que exigía entrega sin condiciones. Nadie fue indiferente al hecho de tenerte cerca. Mezcla irracional de admiración y rechazo; de amor y bronca; de respeto y de irreverencia; de risa y de fastidio. Muchas veces costaba reponerse del asombro ante alguna de tus acciones triviales, o solidarias en extremo o categóricamente combativas ¿A quién se le ocurriría, por ejemplo, golpear la ventana de la casa de una amiga a las tres y media de la madrugada para pedirle un