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Mostrando entradas de noviembre, 2022

Los "mios" Por Silvia Travaglia

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Después de leer el último escrito de Pedro Christiansen y sus reflexiones acerca de los "crotos", quedé conectada con lo que ahora se denominan "personas en situación de calle" y una experiencia que viví hace un cierto tiempo. Hace algunos años en mi caminata matinal en el Parque, observé que en la vereda de enfrente, que pertenece a un terreno baldío con una tapia bastante alta, se habían instalado algunas personas que hicieron unas "casitas" con maderas, lonas, etc. al principio pensé que eran desalojados de alguna de esas casonas de San Telmo que se vendían para emprendimientos inmobiliarios. No lo sé y no lo descarto. Cuando digo "casitas" es un modo de llamar a un lugar donde es inimaginable que podamos vivir. Cada mañana los veía. Se trataba de dos familias, dos hermanos con sus esposas, uno de ellos con una hija de unos 8 años. De ascendencia claramente guaraní en sus rasgos físicos uno de ellos y alemana, ucraniana o algo así el otro pero

Crotos: Historias de la vida rural, por Pedro Gilberto Christiansen

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Soy de la última generación que vivió la época de los crotos -linyeras-. Deambulaban por los campos, iban por los caminos con su libertad. Hombres marginados de la sociedad, inmigrantes solitarios, sin familia, rechazados, generalmente no volvían a integrar la sociedad. Todos tenían su historia del porqué…empezaron trabajando en changas o trabajadores golondrinas que venían en los barcos a hacer las cosechas (generalmente turcos), muchos anarquistas perseguidos, otros por decisión propia querían vivir la vida en libertad. Eran de pocas palabras, muchos ocultando su pasado, tristes pasados… A mi casa llegaban a la tardecita pidiendo pasar la noche. Había una pieza que era como una “crotera”, lugar que en la época de las bolsas lo usaban como “matera”. Siempre recuerdo el olor a humo del lugar, porque lo primero que hacían era buscar leña para matear. Para la cena mi papá les llevaba un buen plato de comida con galleta y un vaso de vino. Mamá siempre decía que nunca se le niega un pla

Los Di Marco, no solo una casa linda....Por Marcelo Di Marco

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  Esta foto atropella mis recuerdos y acelera mi corazón ¡Que feliz fui en esa casa! Y sobre todo con mis tíos-primos o mejor dicho con mis ángeles de la guarda de mi infancia. Recuerdo esperar los viernes para que Bicharro pase por mí con su camioneta celeste,   partíamos hacia el campo donde tenia asegurado tanto amor, las charlas a los gritos como todo tano, de futbol, política etc, en esa mesa interminable de larga y la tía Jacinta en la cabecera, las milas de Nati, la picardia de Chiquita, los consentimientos y protección de la Nena, los paseos en caballo con Pirincho, los chistes con Rubén, las idas a La Botica de Beto con Bicharro. Las subidas a lo más alto del silo mirando hacia la tranquera porque sabía que llegaría Quico en su bici. Todo era una aventura, darles de comer a los chanchos, a los conejos, juntar con Nati los huevos de las batarazas, y ya regresando a la casa con nuestra cosecha, el aroma que se anticipaba, aseguraba una merienda exquisita con las tortas de La