Crotos: Historias de la vida rural, por Pedro Gilberto Christiansen



Soy de la última generación que vivió la época de los crotos -linyeras-. Deambulaban por los campos, iban por los caminos con su libertad. Hombres marginados de la sociedad, inmigrantes solitarios, sin familia, rechazados, generalmente no volvían a integrar la sociedad.
Todos tenían su historia del porqué…empezaron trabajando en changas o trabajadores golondrinas que venían en los barcos a hacer las cosechas (generalmente turcos), muchos anarquistas perseguidos, otros por decisión propia querían vivir la vida en libertad.
Eran de pocas palabras, muchos ocultando su pasado, tristes pasados…
A mi casa llegaban a la tardecita pidiendo pasar la noche. Había una pieza que era como una “crotera”, lugar que en la época de las bolsas lo usaban como “matera”. Siempre recuerdo el olor a humo del lugar, porque lo primero que hacían era buscar leña para matear.
Para la cena mi papá les llevaba un buen plato de comida con galleta y un vaso de vino. Mamá siempre decía que nunca se le niega un plato de comida a nadie y en la olla tenía que haber comida por si llegaba alguien a último momento, y tampoco se debía tirar comida.
A la mañana papá les llevaba una gran taza de café con leche y galleta con chorizo seco y queso -si había-.
En los temporales se quedaban hasta que se mejorara el tiempo.
Tenían el “mono” con sus pertenencias: algunas mudas de ropa y algunos utensilios, siempre el cuchillo,-por ahí agarraban una mulita o peludo para comer- y los infaltables, mate , bombilla y pava ( a veces una lata, que cumplía la función de pava).
Mi padre siempre charlaba con ellos, le gustaba saber de sus vidas, de dónde eran, el porqué. Comúnmente eran personas instruidas y con cultura, les gustaba leer, se les dejaba revistas.
Quiero detenerme en tres historias:
1)PRIETO: un gallego (español) muy callado, hasta difícil de entender. Muy bueno con los niños, en el Boliche Vanoli cuando había niños, se paraba con una sonrisa a mirarlos jugar…momentos en que se lo veía feliz…
En Tandil conocí a una señora muy mayor, que siempre contaba historias de cuando vivía en el campo en Matienzo. Historias que parecían de novela, hasta que llegó la historia de un tal Prieto, inmigrante español en su chacra. Era de esos que trabajaban duro para llegar a tener su tierra propia, ahorrando, lo que los delincuentes también sabían, y así fue que un día, llegando a su casa encontró todo revuelto y su esposa e hijos asesinados…enloqueció, abandonó todo y se fue de croto…Cuando le conté esa historia a mi padre, él me dijo que se decía que venía de la zona de Lobería (Matienzo es Partido de Lobería) y había tenido una desgracia familiar…Prieto cuando tenía momentos de lucidez hablaba de una chacra…
2) FRITZ BERLING: Un croto danés. Era muy común que cuando en las familias danesas pudientes, tuvieran un hijo “descarriado”, lo pusieran en un Barco rumbo a La Argentina o a Australia, para no deshonrar la familia, o para evitar que cayeran en la cárcel.
Fritz venía a nuestro campo dos o tres veces al año, era de poco hablar y esquivaba la mirada, le gustaba leer y tenía muy buena cultura.
En una oportunidad, papá leyendo una revista, apareció un artículo de un Pastor Danés en Rusia, que tenía el mismo nombre. Guardó la revista y cuando Fritz llegó, le mostró el artículo, y él le dijo que el Pastor era su sobrino y si bien había perdido el contacto con su familia, le gustaba la idea de recuperarlo.
Mi Padre se conectó con el Pastor danés de Necochea, para ver si había alguna posibilidad de contacto y tuvo éxito: llegó una carta de su familia. Luego el Pastor, con alguien de su congregación, le consiguieron a Fritz un lugar en un campo, donde había una casa desocupada y él quedó al cuidado de las herramientas y con un lugar donde vivir…
3)MOYANO: Era un nutriero en sulky. Sólo pedía un lugar de paso donde descansaban él y su caballo. Era el caballo más prolijo que yo veía, siempre con las crines bien tusadas, lo primero que hacía al desensillarlo era darle un baño y luego lo soltaba a pastar. El sulky era una envidia de prolijidad, hasta con “ojos de gato” como tenían las bicicletas.
Él también muy prolijo y muy bien informado, con la radio siempre encendida, la última vez que lo vi fue cuando teníamos el conflicto con Chile y él fue dándonos la información de lo que iba pasando….
Su sulky quedó mucho tiempo parado en la Laguna La Corina, nunca supe cuál fue su fin…

Cuando veo en las ciudades a las personas en situación de calle me acuerdo de los crotos. Me gusta la fotografía y me dan ganas de sacarles fotos pero mi timidez no me lo permite, y también el respeto hacia ellos. Veo sus caras arrugadas, la vista mirando no se qué, sus manos resecas…eso habla de ellos…de sus vidas.
Si uno les deja algún dinero, no hay que pensar…puede ser para calmar su hambre…y si es para bebida….calmar sus penas…
                                                  
                                                     Pedro Christiansen

Pedro es un productor agropecuario sancayetanense descendiente de daneses y conserva el legado de su famila. Además disfruta de la fotografía como un hobby que heredó de su abuela. Ha escrito en este Blog otro texto: "Amo mi Escuela Primaria", que puedes leer desde acá



Comentarios

  1. Querido amigo, te agradezco que nos compartieras tus vivencias sobre esos personajes de la vida rural, es muy interesante lo que relatas, pero lo que más me conmueve es la humanidad de tu familia al darles albergue, comida y un vaso de vino....hace un tiempo cuando charlábamos del tema me decías que de niño creías que en todos lados se los recibía así, luego de adulto te enteraste de que no en todos los campos los recibían tan bien. Esa humanidad que me conmueve tiene que ver con el hecho tangible de que tu familia veía en ellos, no sólo al croto que estaba evidente, sino al ser humano detrás del croto, con sus heridas y sus historias, y a ese ser humano les brindaban lo que estuviera a su alcance, inclusive el esfuerzo por conectarlos con su familia como hicieron con Fritz. Recuerdo a tu mamá que tan delicadamente nos atendia en tus cumpleaños, pero no sabía cuánta claridad cristiana albergaba, para tener siempre un plato de comida disponible...has heredado esos valores al no cuestionar si una ayuda les sirve para calmar su hambre o sus penas....Gracias por compartirlo!

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    1. Hoy y siempre admiro y me conmueve las historias vividas de mi tío Pedro .
      Destaco también esa humildad y generosidad que siempre está latente en mi familia.
      Hoy me encuentro en una redacción para que quede guardada en nuestros corazones..
      Comparto Magalí tus palabras.gracias por alimentar la historia..
      Y gracias tío por enrriqueser los valores.
      Soy Anahi f.christiansen.

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    2. Qué hermosas palabras! Qué bendición tener esas historias familiares! Gracias por comentar Anahí!

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  2. Que lindo..lo que escribiste Pedro....en casa también aparecían los cortos...terror le.teniamos...siempre les dábamos de comer...

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  3. Que lindo texto Pedro!!... M

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  4. Lindisimo relato. En el campo siempre venian, y hoy no recuerdo sus nombres. Seguro serian Fritz y Priero, ya que La Gama estaba muy cerca de Vanoli y La corina. Les dabamos albergue y comida. Uno de ellos juntaba berro y se lo vendía a mamá. En BsAs al ver la gente en situación de calle me hace pensar en ellos…

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  5. Hermoso relato cuando era chica iva a el campo de mí tia y ellos los recibían les daban de comer y en la herrería de la casa había un lugar para que se quedaran había mucha solaridad asia ellos

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  6. Emocionante relato, al igual que el de la escuela primaria

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  7. Muy bueno tu relato Pedro,

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  8. Que hermoso relato Pedro!!

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