Intramuros de San Cayetano

A mis 82 años decidí escribir un libro , plasmar resumidamente mi vida, con la finalidad de contarles a mis 4 nietos, SOFIA, FRANCISCO, ORIANA Y MATEO, como había sido mi niñez, adolescencia, Juventud, hasta el día de hoy . El objetivo fundamental fue dejarles un recuerdo mío, pero también enseñarles cómo ha ido cambiando todo a través de los años. Durante la escritura del mismo me sentí muy entusiasmada recordando anécdotas , sobre todo de las primeras etapas de mi vida, de esa época tengo mucho para contar. Me crie en el campo, en esa época iba a la escuela a caballo o en sulky, no había luz, nos alumbrábamos con farol, el baño estaba afuera y era una letrina. La diversión más grande e importante en mi niñez o pre adolescencia era reunirnos a las 20 horas a escuchar en  la Radio el Programa de “ LOS PEREZ GARCIA” y el GLOSTORA TANGO CLUB”. Luego terminé mi escuela primaria en la Escuela Número 1 de GONZALESCHAVES, desde los 8 años estuve en pensión junto con unos primos, a mis papás

¿ DE DONDE ERES??? Mi respuesta fue: - De un pueblito que todos , tal vez un día lo conociste. - ¿Un pueblito? "Sí, de un pueblito entre las sierras, ¿y sabes una cosa? con orgullo soy de un pueblo donde: todo el mundo te saluda y te pregunta… ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo sin vernos! ¿Eres el hijo de…? ¡Con tu papá fuimos a la escuela. Con tu mamá salíamos a bailar!. Soy de un pueblo donde hay de todo. De un pueblo donde hay gente que cuando uno necesita del otro, siempre estamos para ayudarnos. Soy de un pueblo donde indicamos las direcciones diciendo: al lado de…; de la Farmacia para arriba o para abajo...; al frente de…; a la vuelta de... Soy de un pueblo donde poseemos riqueza natural y humana. Donde cualquier excusa es sinónimo de fiesta, donde todos queremos estudiar, prepararnos y hacer deporte en la cancha del pueblo, donde siempre el que está por fuera añora regresar en carnavales, en la fiesta de Reyes y en el mes de diciembre la alegría aumenta, ya que volvemos a sentar

El 22 de septiembre de 2019 se corrió la 35 ° Maratón de Buenos Aires. Dado que parte de su recorrido abarcaba el lugar donde caminaba todos los días, resolví levantarme más temprano para verla. Mi sorpresa fue grande cuando, al rato de levantarme ya habían llegado el ganador y los tres primeros. Salí igual a caminar, ya había empezado el tiempo bueno, con menos frío. Ahi vino mi segunda sorpresa, empecé a ver que la Maratón no son los que ganan. Vi que una enorme cantidad de gente seguía corriendo (la llegada era muy lejos de acá) y me quedé con un montón de gente, parada en la vereda del Parque Lezama y sumándome al aliento que les daban a desconocidos. Hipnóticamente no podía salir de ahí, fue un hermoso momento. Los corredores no eran atletas ni jóvenes, que los había por supuesto, son personas con diferentes condiciones, edades, discapacidades algunos. A poco de estar ahí no podía evitar una profunda emoción ni la caída de algunas lágrimas. Los de la vereda aplaudíamos, alentábam