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Mostrando entradas de febrero, 2020

Veraneo en Punta Sliper por Elisa Thomsen

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Punta Sliper se encuentra a aproximadamente 2 km de lo que hoy es el balneario San Cayetano. El monolito esta a pocos metros de donde acostumbrábamos veranear. Los pioneros fueron las familias Eriksen y Fabricius. A fines de 1930 empezaron yendo a pasar el día, había que cruzar la laguna y los médanos antes que se ponga el sol, para playa les quedaba poco tiempo, entonces decidieron acampar... Terminando la cosecha empezaban a prepararse, el día antes cargaban la chata grande con chapas, tirantes, lonas, alambres, clavos, herramientas, camas, colchones, cajas con mercadería, vajilla, faroles y todo lo que se necesita para pasar un mes... ¡no había que olvidarse de nada!. Al amanecer del otro día ataban 8 caballos a la chata. Toda la familia arriba del cargamento partían de vacaciones. Había que armar las carpas antes del anochecer. Al día siguiente iban a los médanos a juntar bosta de vaca seca que usaban como leña para hacer fuego en un bracero. Así cocinaban o arma

El legado de don Mario, por Gladis Munz

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                                      Tenía yo unos 16 años y trabajaba en la Panadería del recordado Umberto Sampayo, y en los momentos en que no venían clientes, compartía charlas con una persona tan buena y querible, que tenía una Gomería donde en la actualidad es el Lavadero de Autos de Arrate - ¿Se ubican?- , esa persona era don Mario Cura, muy lector él, y siempre que cruzaba a la Panadería me encontraba leyendo Revistas -que también otro personaje del Pueblo me traía y vendía: Botiglieri (Boti) quien recorría las calles de San Cayetano vendiendo diarios -.  Bueno, a todo esto, un día don Mario vino y me dijo: “- Nena te voy a hacer socia de la Biblioteca Bernardino Rivadavia, y yo te voy a traer los libros, los leemos, los comentamos y yo mismo te los cambio, te parece?-”  Así de a poco me fui enamorando de los libros….  Así compartimos mucha lectura y charla muy amena…  Pasaron los años y don Mario se nos fue…  Con el tiempo la vida me volvió a encontrar c

Amiga inesperada y querida, por Silvia Travaglia

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Esto se llama Amiga inesperada y querida porque recordé mis primeros pasos de trabajo en San Cayetano, cuando nos conocimos. Sabíamos una de la otra, pero no nos tratábamos. A mi me causaba cierto escozor relacionarme con gente que participaba de lo que yo consideraba "el poder" (Eras la Abogada del Municipio) pero las tareas que me gustaba realizar requerían de una escucha más sensible y especializada y por aquel entonces, no por falta de voluntad sino porque era otro momento histórico y social, no era fácil encontrar eso. Y lo que encontré fue que pudimos compatibilizar un montón de intereses comunes, relacionados con la Acción Social, la apertura para animarnos a participar en Programas de la Provincia, como el de "Prevención de Adicciones" que recién se iniciaba y que requería la presencia de un representante del Distrito, en Necochea, en Buenos Aires, en La Plata porque aún se estaba en las preliminares y no era fácil introducirlo en cada Partido, habí