La "Citro" de JoaquĆ­n, Por Lirita Ferrario Iocco

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Hace 41 aƱos que me siento parte de San Cayetano. Y hace 40 que lo conocĆ­ a Ć©l. A JoaquĆ­n Vilella. A partir de ahĆ­, en nuestra familia fue el “Gallego”, especialmente para los sobrinos de Norma, la compaƱera que le regalĆ³ Argentina. AƱos mĆ”s tarde, con cariƱosa irreverencia, esos sobrinos lo rebautizaron “Joder” aludiendo a una palabra que era parte de todas y cada una de las charlas que con Ć©l tenĆ­amos. Y el tiempo pasĆ³… y los peques que llegaron a la familia comenzaron a disfrutar inolvidables momentos en la quinta del “tĆ­o JoaquĆ­n” y de la que nunca nos fuimos con las manos vacĆ­as… porque la generosidad de Norma y JoaquĆ­n es el motivo de estas palabras…porque ese “pensar en los demĆ”s” de estas queridas personas, son motivo de eterno agradecimiento en mi hogar.
Tomo prestadas palabras de Alberto CortĆ©z…para recordar que ya en San Cayetano, y desde su Navarra natal, JoaquĆ­n… “un dĆ­a, subiĆ³ a la carreta de subir la vida. EmpuĆ±Ć³ el arado, abonĆ³ la tierra y el tiempo corrĆ­a”…. -y pasados los aƱos-....“vio sus manos, que un poco mĆ”s viejas, no estaban vacĆ­as”.
Nunca tuvo ni tuvieron las manos vacĆ­as, porque bien sabemos que Dios devuelve el ciento por uno de lo que damos con sincera generosidad…y ellos asĆ­ lo hicieron. Siempre.
El inexorable caminar del tiempo va dejando huellas en las personas, en las familias; va marcando rostros y corazones con su paso. A veces son marcas de dolor, a veces de felicidad plena. Pero ellos, siempre juntos, desde los surcos de la quinta, a las Misas; desde el fueguito del hogar para los dos, a la larga mesa familiar que tanto les gustaba armar para Navidad.
Hasta que la enfermedad golpea su puerta, y lejos de acobardarse, piensa en sus sobrinos primero. Alguno tenĆ­a que aceptar el regalo de la Citroneta, inseparable socia de su reparto de verduras, y a la que habĆ­a hecho arreglar, para que fuera un regalo impecable. Pero JoaquĆ­n veĆ­a correr el tiempo, y temeroso de que su salud le jugara alguna mala pasada sorpresiva, “apurĆ³” a Horacio para que fuera a buscarla…en tiempos en que en casa no habĆ­a ningĆŗn auto.
Y allĆ­ estuvimos, el inolvidable fin de semana del Centenario de la ciudad. HabĆ­a un nudo en la garganta de los cuatro…de emocionado agradecimiento en las nuestras…y por saber que ese desprendimiento encerraba mucho mĆ”s que quedarse sin la “citro”, en la de ellos.
La foto que atesoramos de ese momento, no muestra lo que quedĆ³ grabado para siempre en nuestra memoria…tĆ­a Norma barriendo una y mil veces la misma baldosa, como si con esa escoba pudiera barrer las lĆ”grimas de emociĆ³n…y la inolvidable frase de un JoaquĆ­n de ojos brillosos, quien, palmeando la espalda de Horacio dijo: “ Joder…disfrĆŗtala tĆŗ ahora”
Y claro que lo hicimos JoaquĆ­n! Y lo seguimos haciendo, desde hace 10 aƱos…Pasear en la citro, viejita ya, ha sido premio para bulliciosos chicos de catequesis, ha sido excursiones a la playa de nuestro Astor, y la perseverancia de Horacio en su cuidado, ha sido y es, motivo de orgullo de nuestros hijos.



 

“ TĆŗ pones el guiƱe, y eres dueƱo de la ruta”… Tan inolvidables tus consejos de conducciĆ³n, como tu generosidad querido JoaquĆ­n.
Gracias por ser tan hermoso capĆ­tulo en nuestras vidas!
                
                                                     Lirita Ferrario Iocco


Lirita Ferrario es una orensana y sancayetanense tambiĆ©n, casada con Horacio tuvieron dos hijos y tienen dos nueras una de las cuales tambiĆ©n es sancayetanense viviendo en Orense, es catequista, colaboradora permanente de la Parroquia, su puntal son los afectos y la familia... 

Comentarios

  1. Lirita, cuando esta maƱana abrƭ el mail con tu texto, llorƩ, es tan emotivo y bello!!! AdemƔs de conocer a todos los protagonistas, bellas personas, y aunque no los hubiera conocido, la historia es muy bella, llena de generosidad, no solo de parte del inolvidable Joaquƭn, sino de todos los que viven ese amor familiar profundo, y de tu generosidad al relatarlo tan hermoso!!! Gracias por compartirlo!!!

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  2. Hermoso relato de esta familia recordada por mƭ en las visitas a la quinta a comprar verduras y frutas. Tenƭan unos frutales de ciruelo y cerezas, que en verano daban sus frutos enormes. Te recuerdo las tan ricas ciruelas remolachas que llegaban tardƭas. Tenƭan un galponcito con una vieja balanza cuadrada grandota, con una.gran palanca que se usaba para trabar no recuerdo quƩ cosa, donde se pesaban las compras en cantidad. Una quinta toda prolija y limpia.
    En fin, era para mi un paseo acompaƱar a mi papƔ en estas compras. Siempre amables y con ese acento espaƱol tan lindo. Recuerdo que cuando mamƔ estaba ya perdida por su Alzheimer los invitƩ a su cumpleaƱos y fueron gustosos! Fue como si el tiempo no hubiera pasado, recordamos viejos tiempos.
    Que lindo poder recordar los gestos tan hermosos en este relato.

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  3. Como olvidar a nuestro querido gallego, siempre quise tener un niƱo y le prometƭ que se llamarƭa como Ʃl. Como olvidar su cariƱo para con todos los niƱos del barrio, siempre tan cƔlido, tan humano. Amaba escuchar las historias de su querida EspaƱa, amaba esos dulces que nos traƭa siempre que podƭa.
    Esperabamos ansiosos que lloviera asĆ­ nos llevaba en la citroneta a la escuela. Siempre fueron tan generosos y nosotros eramos felices.
    Recuerdo que nos decĆ­a allĆ­ van las palomitas blancas para la escuela, que se diviertan y aprendan mucho.
    Lo disfrutƩ muchƭsimo a Ʃl y a doƱa Norma.
    Gracias por hacernos recordarlo un poquito mƔs.

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  4. Mi infancia fue en la quinta de mi abuela vecina de la familia Vilella.Cuantos recuerdos vinieron a mi memoria.

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  5. Gracias MagalĆ­ por la generosidad de tu invitaciĆ³n! Gracias Merce, Daniela y Andrea por tener a JoaquĆ­n y Norma en el corazĆ³n como nosotros.

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