Alondra fugaz, por Pedro Alberto Devincenti

Una infausta noche de primavera del 72, un estallido fatal acabó con la juvenil vida de Laurita Hendriksen, apagando para siempre su prometedora existencia perlada de condiciones espirituales e intelectuales. Es mi deseo ferviente recordarla a través del tiempo y la distancia. Era además, compañera del secundario y gran amiga de mi hermana Margarita. ALONDRA FUGAZ Una noche partiste en alas quien sabe de que sueños locos, tu voluble espíritu movido cual barca en gran tempestad voló hacia el Cielo quizás fuiste a buscar la paz y el consuelo que terrenalmente en vano tratabas de hallar. Tu grácil figura tus ojos picarescos y respingado perfil como tu rítmica risa -cual alegre gorjeo- al igual que tu intelecto sutil a mi corazón llegan con la cálida brisa del recuerdo imborrable. A Dios ruego que tu risa, serena descanse, en el limbo celeste en que los Ángeles reinan. ...