La Playa sin Luna...por Magalí Di Croce







 Muchos terapeutas aseguran que tener mascotas prolonga la vida, da mejor calidad de vida, hace bien…. 
De chica tenía locura con los gatos y siempre tenía uno, en casa y también en casa de los abuelos había siempre un gato…Confite, Mini, y muchos muchos más… 
Cuando María Magalí tenía cinco años, venían con Osvaldo de nadar en el Ciclista, un mediodía de muchísimo calor, y al bajar del auto descubrió un perrito cachorro abandonado y, en complicidad con su padre, lo entró a casa…para darle agua, algo de comer…. Ni bien lo vi dije: “-Ese perro vuela de acá, le dan agua, comida y vuela-”, más allá de que evidentemente mi autoridad no es tomada en serio y de que los perros no vuelan…   María Magalí se volvió loca con el perrito, era un cachorrito bellísimo, peludito, y le puso nombre: “Toby” … 
La cosa venía brava…con nombre era más difícil de que lo largue…ya estaba adoptado… a la tarde vino Susana a tomar sol y con ella llamamos a Tucho, el experto, para que viera al intruso (para mí aún era intruso) todos los demás ya tenían claro que el perrito de acá no se movía… 
La voz conocedora de Tucho, al verlo, exclamó:-" Es perra!!!" ……"-Nooo, encima una perra, noooo-"… me vuelvo loca pensé...
Toby, con su nombre masculino, pero bien femenina, quedó en casa, por supuesto, durmió adentro siempre, fue creciendo y cada vez la queríamos más, ella participaba de todo, lloraba de emoción cuando llegaban los abuelos de La Plata o amigos que hacía mucho no venían, como Maricel, era guardiana, fiel, atenta, y se hizo de la familia… tanto que se iba de vacaciones a Orense con nosotros… 
Fue en un verano en Orense donde se cruzó con el perro de Marcelo y Paola -los chicos que estuvieron tanto tiempo en el Club de Pesca-, y el 24 de marzo de 2009, nacieron siete cachorritos…hacía tanto calor!!! Toby se había ido debajo de una planta a parir, pero iban las moscas, y no lográbamos que entrara, entonces Pipi con cariño, paciencia y sin temor, fue trayendo uno a uno al fogón y ahí si se trasladó con ellos Toby… 
Uno más hermoso que otro, tuvimos que convencer a María Magalí de que no nos podíamos quedar con esa jauría en casa…así que cuando llegó el destete les buscamos un hogar digno a cada uno, Cristina y Aldo Hojsgaard se llevaron el único machito para sus nietos… -siempre recuerdo con que ternura tenía Aldo, ese dinamarqués grandote, al perrito en sus manos-, Nico Cinalli otra, Alonso se llevó dos al campo, Mónica Pérez otra perrita, y Pedro Crhistiansen mi compañero de secundario otra – recuerdo que cuando le preguntamos de qué color la prefería , Pedro respondió: “es como los hijos…el que toque”… y se llevó una marrón oscura al campo...
Muy bien ubicados los hermanitos, nos quedamos con la que habíamos elegido previamente, la que más se parecía a Toby: Luna, para que le haga compañía a su madre…
Yo fui la impulsora de su nombre: Luna, porque tenía raíces orensanas y la luna sobre el mar en nuestras costas es realmente hermosa...
Jugaban, Luna jugaba y corría con su madre, y cuando Toby se puso viejita y enferma, le limpiaba los ojitos, las orejas…la cuidaba…la lamía… 
Unos años después, un 24 de diciembre Toby murió. 
Nos quedó Luna, que había nacido en casa y que se había hecho de tal manera a la familia que comprendía TODO - tanto que por ejemplo, para bañarla que no le gustaba, hablábamos en clave sino se escondía y no la podíamos agarrar-  atenta, fiel, buena, guardiana. 
Amaba y cuidaba a Juana, el único chisporroteo se producía cuando Juana , más chiquita, iba con una galletita o un sándwich en la mano y ahí se lo arrebataba…. la qué se armaba!!!….tenía locura con todo lo que comía Juana, yo creo que hasta deseaba cuando a Juana le dábamos medicamentos… 
Cuando María Magalí se iba muy temprano a estudiar, ella se atravesaba en la puerta del dormitorio de Juana, cuidándola, fuera la hora que fuese que eso ocurría, ella iba y se instalaba. 
Fue con nosotros a Orense y luego al Balneario. Disfrutaba las caminatas en la playa…pero nada de mojarse en el mar… no le gustaba el agua...
Si yo me quedaba hasta tarde en el escritorio ella venía conmigo, si iba al patio de noche, me acompañaba, escuchaba el auto de Osvaldo desde dos cuadras antes y se ponía alerta a esperarlo… 
Esperaba ansiosa cuando escuchaba que Florencia llegaba de La Plata a la mañana temprano. 
Se metía en la habitación de Paula para comer algo de contrabando… 
Estaba en todo, atenta a todo, alerta a todo… 
Enfermó, y hace unos días murió. 
Nos dejó a todos tristes, caídos, lloramos todos su partida, la extrañamos. 
Extrañamos su presencia fiel y buena …Su amor llano, que lo único que nos pedía era estar con nosotros… 
Dicen los terapeutas que una mascota hace bien, lo que nunca pensé es que podía llegar a dar tanto amor, fidelidad y alegría… lo que jamás imaginé es que la íbamos a extrañar tanto… 
Ayer fuimos a la playa, y lo pasamos bien. Pero se extrañaba correteando entre nosotros, subiéndose apurada a la camioneta de miedo a que la dejemos… y pensé: la playa, el mar, son siempre bellos, pero cuánto más bellos son si está la Luna….

                                                                   Magalí Di Croce

Comentarios

  1. Escribir tambien alarga la vida , o la mejora. Cuando escribimos es como que le hacemos un feston bello a un agujero, imposible de llenar, que es el dolor (a veces no hay palabras que lo expresen).
    Muy bello relato. Gran Homenaje a Luna.

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  2. Por supuesto que terminé lagrimeando, pero ¡qué hermoso relato! Cuánto amor hay en cada uno de nuestros animalitos...qué vacío dejan cuando parten... hasta que... con el tiempo, pasan a ser un recuerdo entrañable...

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  3. Se te caen las lágrimas! Una historia llena de amor! Me encantó

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  4. Siguen acompañando en el recuerdo!!!
    Ella, mi querido Fido y tantos otros que nos alegraron, nos cuidaron, y que no olvidaremos jamás.

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  5. Me encantó la historia , Toby, Luna...lo cierto que cuando parten, se llevan un pedacito de nosotros, a nosotros este enero del 2022 se nos fue Morena , una ovejero belga buenaza,

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