Viajes, por Silvia Travaglia

Silvia con Mary en sus esperas en la Terminal de Chaves
                 

                               Empecé a viajar en 1990, crisis, hiperinflación , para variar en Argentina. 
Iba todos los viernes, pasando dos noches consecutivas que dormía en el colectivo. Recuerdo que guardaba una moneda de 50 centavos que me llevaba en el 22, de mi casa a la Terminal de Retiro y tener siempre el pasaje de ida a San Cayetano comprado, porque en la semana se me iba lo que ganaba en cada viaje, y quería volver. 
Después fueron dos días los que me quedaba, de modo que hacía noche ahí. 
Esto lo hice por 16 años, 16 años que me permitieron ver a mis hermanos casarse, ver nacer a mis sobrinos, ver envejecer a mis padres, y luego morir. Es mucho tiempo y también poco, quería que terminara nunca… porque sabía como era ese final. 
Trate de acordarme de lo que hice. Me acordé de las paradas intermedias, Chaves, y como de ida viajaba hasta San Cayetano con Peralta, que iba a buscar la leche que traían de General Rodríguez, y a quien le hice construir una caja para palomas mensajeras en una mimbrería de mi barrio, y se la llevé en El Cóndor. 
De regreso , con otra viajera habitual comprábamos vino, cerveza, y Mary – la encargada de la Oficina del Cóndor en Chaves- llevaba chorizos que comíamos en la terminal. Y decíamos que brindábamos porque no teníamos nada porque brindar. Excusa para hacerlo siempre… 
Llevé y traje envíos de toda clase, incluyendo un pibe. Dinero, ropa, etc. etc. En 16 años pasan muchas cosas en ese interregno de los viajes y las esperas. 
Recuerdo cansancio enorme siempre, y una energía increíble al llegar y empezar a trabajar, y no poder parar de hacerlo, nunca me volvió a pasar algo así… 
Por eso no detallo qué hice, porque no es un Curriculum Vitae.
Todo el contexto, si bien era desfavorable en algunos momentos, también fue intensamente grato, y más grato que adverso. 
Descubrí un pueblo que no conocía, con inquietudes y ganas de hacer cosas, que me acompañó en mi deseo y lo potenció. 
Trabajo y más trabajo eso fue todo, y que sigo honrando hoy cuando me levanto a las 6 a leer y estudiar para hacerlo cada vez mejor y siento un enorme placer. 
Es cierto que había trabajado en el conurbano, en La Plata y luego donde vivo, pero esta experiencia fue como un regreso a donde nunca dejé de estar y con los sentimientos a pleno. 
Agrego, si se puede, un pedacito de una canción que se llama "Soy", de Cruzando el charco. Un grupo platense, ciudad que me albergó durante otros 16 años de mi vida. 
Soy...de los que piensan que si no hay pasión no va.
Aunque me arrepienta, sigo igual.
Soy de esas personas que siempre lo va a intentar.


                                                              Silvia Travaglia








Silvia es sancayetanense, Psicóloga recibida en la U.N.L.P., trabajó, entre otras muchas actividades, en docencia, y actualmente reside en Buenos Aires donde ejerce su profesión. Tuve el honor y el placer de trabajar con ella durante los años en que viajó al pueblo, en Proyectos de Promoción Social y de Prevención de Adicciones, de ese trabajo fecundo nació también nuestra profunda amistad. . 



Comentarios

  1. Silvia, tu relato me remonta a esos días en que esperaba que llegues para charlar y trabajar en tantos proyectos comunitarios...fuiste una pionera en insertar en el imaginario colectivo la necesidad de la psicología para resolver o ayudar a resolver tantas cuestiones de la vida, tu aporte a la Salud Pública del Pueblo fue la base de lo que hoy es considerado valioso y necesario...

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  2. Qué linda la expresión "...decíamos que brindábamos porque no teníamos nada porque brindar..." ¡Ésa es la actitud!

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  3. Cómo extrañé tus charlas y volvería a tenerlas para compartir hermosos recuerdos.......se te quiere un montón y ni hablar de lo que te extañé y te necesito........

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  4. Como.puedo hacer para ubicar a Silvia Travaglia. Fue mi psicóloga de chica y nos queremos mucho. Hace años no se nada de ella. Por favor me encantaría reencontrarla. Gracias. Gloria Fichera

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