Monumento a la Madre, por Thelma Riega de Zazu







Esta es la historia de como un grupo de maestras, en ese entonces de la Escuela Nacional N° 1 (hoy 19), tuvimos la idea de hacer un monumento para San Cayetano, porque no sé si todos sabemos que con los monumentos se “construye la historia”. En este caso se trataba del ‘Monumento a la Madre’. 
Estaba yo en mi salón de primer grado cuando la señora Queca Hauri, directora de la escuela, me manda a llamar. Una vez en la Dirección me pregunta: “¿Qué te parece Thelma si conseguimos hacer un Monumento a la Madre?” Estas palabras constan en una entrevista que le hicieron a la señora Queca y que están en el archivo de Canal 2. Palabras textuales que permiten documentar el comienzo de la ‘odisea’. 
Cuando el resto de las maestras se enteraron, se plegaron a la causa y nos dispusimos a invitar a docentes de las Escuelas Provinciales. Corría el año 1960. Nos reunimos en la Biblioteca del Club Ciclista. Mi memoria flaquea, pero todo lo que ocurrió a partir de ahí quedó plasmado en un pequeño y humilde libro de actas que entregué a las autoridades del momento en el Municipio. Tiempo después me fue devuelto. Cuando cambiaron funcionarios y gobierno, no sabiendo que hacer con el libro, que, para nosotras, la Comisión Organizadora, era un documento, lo dejé junto a otros libros, en una biblioteca de lo que era el Museo Faustino Queipo por entonces, es decir, la planta alta de la Casa de la Cultura. Pasó el tiempo sin novedades. 
Cuando se inauguró la maravillosa obra del Centro Cultural de la que nos enorgullecemos todos los sancayetanenses, conversé con un representante de Cultura, sentados en un banco del paseo. Él me prometió que de encontrarlo lo guardaría como el documento que era. Ahí seguramente se encontrará. 
Mis recuerdos se fueron formando, tengo un poco de ‘juventud acumulada’ y nada más. Así que contaré lo poco que recuerdo: la comisión que se formó ‘pro-monumento’, estaba integrada por varias docentes de nuestra escuela, por Hilda García de García, directora de la Escuela N° 6, por Nelly Liébana de Rodríguez del Jardín de Infantes N° 1, por Jorgelina González Ortale y otras maestras. Yo participé como secretaria y, como guiaba la Cruz Roja, pedí a los chicos que eran socios, que fueran los representantes de todo el alumnado. Y así salimos a la calle. Pequeñas rifas, ferias de platos, donaciones de docentes y apoyo de toda la población. Se hizo realidad el sueño. 
Se consultaron diversos escultores y por unanimidad, quedó elegido el actual monumento. No puedo afirmarlo con precisión, pero creo que tomamos como modelo uno similar de la ciudad de Tandil. El 16 de octubre de 1960, por fin, se inauguró, en la rambla de la avenida Independencia casi calle Pedro N. Carrera, frente a lo que es hoy el negocio conocido como “La Rambla”. 
En mi cuaderno de actas como maestra, que guarda mis actuaciones como tal, hay un párrafo firmado por la señora vicedirectora Hilda Echeverría de Meléndez, que certifica lo que cuento. Dice así: 
“…Monumento que con tan conmovedora ceremonia se inaugurara el 16 de Octubre de 1960. Ese día alumnos, miembros de la Cruz Roja, docentes y población en general se hizo cita para honrar de esta forma a la Madre, en su representación universal. 
Vimos a los pequeños, a los hombres recios y a las viejecitas depositar su ofrenda hasta que prácticamente el basamento desapareció cubierto de flores…” 
Años más tarde, el monumento fue trasladado a su actual ubicación en la plaza América, frente a la Iglesia. 
Esto es lo que recuerdo de esos lejanos hechos, llevada por la nostalgia y la tranquilidad de aportar a mi querido San Cayetano, un poco de historia… 
                                                      
                                                            Thelma Riega de Zazu
                                                                    



Thelma, es una muy querida  maestra de nuestro pueblo, se desempeñó también  como  Secretaria  y Vicedirectora de la Escuela N° 19 (antes Escuela Nacional Nº1) e integró durante años la Comisión Municipal de Cultura. Hoy está jubilada y participa activamente en el Taller Literario de la Biblioteca Bernadino Rivadavia del Club Ciclista.  

Comentarios

  1. Querida Thelma, para mi es una alegría y un honor que nos comparta este texto que tiene parte de nuestra historia y donde se muestra, a su vez, como las maestras del pueblo siempre dieron más y más e impulsaron o acompañaron proyectos comunitarios, gracias por compartirlo, y gracias a la querida y siempre lista Silvia Santipolo por su colaboración!!!

    ResponderEliminar
  2. Que lindo me encanto ya que algo recuerdo yo vivía en el campo era alumna de la escuela 2

    ResponderEliminar
  3. Me encanta encontrar pedacitos de historia, recreados por distintas personas, que me regresan a la infancia y juventud vivida en mi querido San Cayetano. Y hoy, feliz de compartir el recuerdo que nos regala mi querida y recordada maestra de tercer grado, Thelma Riega. Gracias!!!! Un abrazo!!!!

    ResponderEliminar
  4. Muchas Gracias por recordar este tramo de historia. Es una gran injusticia que ese esfuerzo, esa ilusion de cada uno poniendo su aporte, hayan sufrido ese destino.
    Ese monumento es testigo de una historia, de un emprendimiento comunitario hermoso y tiene el inmenso valor de cada rifa vendida, de cada plato donado, de cada segundo dedicado a su construcción. No entiendo (o mas bien me niego a entender)la torpeza e insensatez de la falta de reconocimiento.
    Que bueno que lo haya escrito, ya se empieza a saber un poco más.
    Y... por favor: Siga deleitándonos con relatos de lo que recuerde, son muy lindos y hacen falta en este mundo.
    Muchísimas Gracias!!!

    ResponderEliminar
  5. Querida Compañera de la siempre recordada Esc 19 (ex Láinez n 1) Querida Amiga Telma: Qué hermoso y enriquecedor tu relato histórico. Tenía una vaga idea, pero no lo recordaba con esa precisión. Ese monumento plasma uno de los sentimientos más profundos y sentidos en la vida de un ser: su madre. Ningún otro amor más profundo para inspirar a un artista y ser el motor de una obra tan importante para nuestro querido pueblo. Gracias por recordarlo y por formar parte del proyecto, junto a recordadas Docentes de nuestra comunidad. Maria Dolores.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Elegía para Thiago, por Ángeles Catalina Roldán

Los 15 de Shaira, por Magalí Di Croce

En busca de la Tierra Prometida, por Pedro Christiansen (Parte 1 y 2)