Porqué a mi..., por María del Carmen Becerra


¿Por qué a mí? 
Una pregunta… 
Qué pregunta! 
La pregunta… 
¿Quién, en algún momento, por alguna circunstancia, ante algún hecho, casi siempre desgraciado, doloroso, que nos parece inmerecido, no nos hemos hecho esa pregunta, la pregunta? 
Yo, en mi más de medio siglo de vida me lo pregunté muchas veces: ¿por qué a mí la poliomielitis, por qué a mí tantas cirugías, por qué a mí la partida tan temprana e inesperada de mi pequeño Adrián, por qué a mí me faltó tan pronto mi papá, porqué tantas épocas difíciles que atravesar mientras criaba a mis hijos, por qué a mí, por qué a mí, por qué a mí? 
Hoy ya, cuando estoy recorriendo el segundo tramo de la vida, la cual más temprano o más tarde, se va a terminar, miro hacia atrás y sólo veo a una niña, joven y más tarde mujer, EGOÍSTA. 
¿Por qué a mí? Y hoy, madura, quizás un poco más pensante, me doy cuenta que todas esas cosas no me pasaron solo a mi… 
Le pasaron a mis padres, hermano, abuelos y demás familia que sufrieron en mayor o menor medida por mi enfermedad y en cada una de esas cirugías que atravesé… 
Le pasó a mi compañero de vida quién junto a mí, sufrió la pérdida de su hijito y a su hermanita que, aunque era muy pequeña, preguntaba dónde estaba su hermano… 
Le pasó a mi mamá porque se le fue demasiado pronto su pareja, su amor, el padre de sus hijos y a mi hermano, porque también era su papá… 
Nos pasó a nosotros, como familia, junto a nuestros tres hijos, atravesar los momentos difíciles… 
Hasta que la madurez me enseñó que nada me pasó A MÍ, todo nos pasó A NOSOTROS, a la familia, todos tuvimos nuestros momentos malos, pero también estuvieron los buenos y por esos, por los buenos, los felices, los lindos, nunca me pregunté por qué a mí. Di por sentado que los merecía, que eso era la vida, mi vida, que ya bastante había sufrido y que por lo tanto lo bueno llegaba para “pagarme, “devolverme” o “compensarme” por lo pasado. Así, en primera persona, A MÍ, pero resulta que la vida, esa gran maestra me enseñó que es así: te da y te quita, lloras y ríes, sufres y gozas; pero hoy he comprendido que nunca estuve sola, que siempre estuvo la familia, para lo bueno, pero lo más importante, para apoyarme, sostenerme y acompañarme en lo malo. Hoy me doy cuenta que lo que ME PASÓ lo pude superar porque NOS PASÓ como familia y entonces ya no pienso tanto en mí, sino en NOSOTROS. 
Hoy me envuelve el sentido de familia, cercana o lejana, los que nos vemos a diario o no nos vemos en años, pero igual son LA FAMILIA, aquellos que sufrieron cuando sufrí, que se alegraron cuando me alegré, que lloraron y me prestaron su hombro para llorar y también a los que se alejaron y de los que me alejé. 
¿Por qué a mí? Hoy ya no es esa la pregunta, sino ¿por qué no a mí, qué privilegio tengo para estar exenta de dolor?, ¿qué tengo yo de especial que no tengan otras madres, otras personas, otros seres humanos? 
Y entonces esbozo una respuesta a tantos por qué con una frase Bíblica: “Dios nunca te dará una carga que no puedas llevar, porque Él sabe hasta dónde tus fuerzas llegarán”

                                              María del Carmen Becerra



María  del Carmen, es esposa y  mamá. Fue Directora de la Escuela Nº 3 del Paraje Defferrari de nuestro Partido, una docente apasionada con su profesión, hoy está jubilada.

Comentarios

  1. Mariquita, como te decimos los amigos, leo y releo tu texto y se me vienen a la mente dos palabras, una es RESILIENCIA, que es la capacidad que quienes te conocimos desde chica, hemos observado en vos para vencer la advesidad, sin victimizarte, sin buscar ventajas extras, sino poniendo toda la fuerza, toda la garra, todo el empuje, todo de vos...y la otra es SABIDURÍA, que se trasluce en tu bello relato: valorar cuánto tienes y seguir adelante,comprendiendo la vida, disfrutando el amor, entendiendo a los otros, ...me encantó y emocionó!!! Bendiciones!!!

    ResponderEliminar
  2. Hay muchas cosas que no elegimos y nos suceden, pero podemos elegir que nos sucedan otras y cambiar el curso de nuestras vidas.
    Tu texto es contundente, aleccionador y hermoso.
    Gracias por compartirlo!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Elegía para Thiago, por Ángeles Catalina Roldán

Los 15 de Shaira, por Magalí Di Croce

En busca de la Tierra Prometida, por Pedro Christiansen (Parte 1 y 2)