Recordándola, por Beatriz García


En un acto de la Escuela primaria, con mi amiga  y dos compañeros, quienes eramos las "parejas estables" en  todas las celebraciones


Con mi papá, el día del casamiento de María Beatriz y Carlos

La vida es una suma de momentos que van delineando nuestro futuro.
Momentos agradables y bellos, otros angustiosos y tristes.
La alegría y el cariño marcaron mi niñez, mi paso por el Jardín, la Escuela y el Secundario fueron de felicidad despreocupada y plena.
Pero basta con un momento doloroso e incomprensible para definir la nostalgia que no cesa y que parece que con cada día, mes y año que pasan aumenta, produciendo un sentimiento de impotencia, de rebelión, de seguir con una herida en carne viva que no deja de doler.
El momento al que me refiero es a la desaparición forzada, allá por los inicios del '77, de mi amiga del alma y su esposo.
Ha producido en mi corazón, mi mente y todo mi ser una marca profunda con la que me sigue costando convivir. 
Nuestras madres amigas y compañeras en la docencia, parecían ponerse de acuerdo hasta para engendrar a sus hijos, ya que sus primeros partos, de su hermana y mi hermano, se produjeron con tres días de diferencia.
Pasados cuatro años, corría el '52, nos dieron a luz con seis días entre una y otra. Y como si eso fuera poco nos llamaron a las dos con el mismo nombre: María Beatriz.
Crecimos a la par, tanto es así que si nos buscaban sabían que en su casa o en la mía nos iban a encontrar.
Eran tiempos de teléfonos conectados manualmente por empleados, de radio, de revistas, diarios y libros. Pero sobre todo de juegos: el preferido de ella era vestirse como una actriz de moda, y sus ojos verdes -azulados-grisáceos,según los iluminara el sol, y su belleza impedían que se dejase de mirarla y admirarla.
Con gran claridad de pensamiento, inteligencia innata y generosidad inigualable descollaba en todas las actividades.
En un viaje a Tres Arroyos por deportes que practicábamos en el Colegio, fui testigo del flechazo con quien sería su novio, marido y padre de sus hijos: Carlos.
Él como no podía ser de otra manera, ya se destacaba en Basquet y Futbol formando parte de los equipos de los clubes más importantes de la zona.
Qué se hace con tantos momentos compartidos? Con tantos recuerdos?...con tantos secretos infantiles?...Con tanto dolor largo y silencioso?...Con la falta de respuestas?...Es un momento de la vida que se estira interminable, que sigo sin poder aceptar y menos aún perdonar, a los que amparados en uniformes, armas, oscuridades...causaron sin necesidad tal Holocausto en una generación que,como podía, enarbolaba la bandera del idealismo y de sus deseos para lograr un mundo mejor.
                         Suenan en mis oídos los versos:
                         "Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío,
                          que no lo puede llenar la llegada de otro amigo".


                                               María Beatriz García.


María Beatriz es una chavense, que desde que se casó con Gustavo Duffau, en 1976, reside en San Cayetano, por lo cual es también sancayetanense. Con Gustavo tuvieron dos hijos, y hoy es abuela de dos nietos. Fue Consejera Escolar y  Docente, hizo la mayor parte de su carrera como Bibliotecaria del I.D.F.S, de la que se jubiló hace unos años.

Comentarios

  1. Beatriz, mientras iba leyendo tu bello texto iba llenándome de los sentimientos de amistad, de amor, y de dolor....gracias por compartirlo, muestra, además de una parte de tu biografía, la noche oscura de la Patria, y las heridas que no sanan....muy `profundo...gracias...

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    Respuestas
    1. No la conozco, pero este relato es conmovedor

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  2. Las pérdidas producen un vacío imposible de llenar, siempre. Pero... si además no podemos localizar un cuerpo, una lápida, un nombre escrito... esa pérdida permanece como herida abierta.
    Que bueno y sanador que hayas podido compartirlo! Muchas Gracias!

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  3. Escribir para no olvidar y para tratar de sanar...¡conmovedor relato!!

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  4. Qué relato conmovedor Bea. Cuánto amor y cuánto dolor!! Son heridas que nunca cierran pero nos fortalecen para ayudar a que esos días oscuros no vuelvan jamás. Susana Di Croce

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  5. Historia tristre y dolorosa de muestro país..relato conmovedor Bea ...(Gladys Munz)

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  6. memoria ..no olvido mi pérdida también fue así o más dolorosa no pude repetirla y es el dia de hoy que la extraño.Cristina Rodríguez.. siempre duele.

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  7. Muy emotivo recuerdo

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