Coronavirus, por Silvia Fernández Fahey

Coronavirus... provocas muchas preguntas e inquietudes Creo que lo que todos nos preguntamos, es si has venido para quedarse mucho tiempo?, cuando acabarás? y con cuantas cosas más acabarás además de con vidas?
Por el momento has acabado con la tranquilidad.
Se ha instaurado entre nosotros el miedo. Miedo no solo a ella, sino a las consecuencias que su pandemia está originando y provocará en el mundo tal cual lo conocíamos.
Ojalá sirva a la humanidad la lección. Ojalá la cuarentena de millones de personas, sirva para hacer introspección, para que lo mejor del ser humano renazca y solidifique una vez terminada la pandemia, que como todo terminará.
Tengo que reconocer, que a pesar de lo crítico de la situación, me sigue molestando y doliendo que ahora que le tocó al que consideramos “mundo” se le da más importancia que a las miles de muertes diarias por hambre, que a la situación de quienes están en guerra y pasando necesidades desde hace años, que a los refugiados, etc etc etc.
Ahora nos tocó a “nosotros” y parece que el mundo se acaba. Debemos ser agradecidos, hemos podido abastecernos de víveres y lo necesario para pasar la cuarentena, muchos (demasiados para mi gusto) han acaparado con todo y llenado sus despensas de cosas innecesarias.
Los eternos olvidados, a los que damos la espalda o no queremos ver, no tienen esa suerte ni esa posibilidad. Dicho esto. Hay muchísimas cosas a valorar positivamente. Me llegan al alma y emocionan muchos de los videos que llegan de Italia y España, ver a la gente en los balcones reconociendo con su aplauso la labor del personal sanitario (a quienes en su momento les disminuyeron el sueldo) que día a día no solo luchan con la falta de medios necesarias, con sus propios miedos al contagio (de ellos y sus familias), sino también luchando con sus emociones al ver gente morir, elegir a quien salvar y saber de primera mano lo dramático de lo que está sucediendo.
Me emociona la gente en los balcones, cantando, jugando al bingo, socializando con sus vecinos, a muchos de los cuales, hasta hace unos días ni conocían aunque se hubiesen cruzado cientos de veces en la calle.
Es maravilloso como de un día para otro todos nos hemos vuelto visibles, ya no importa si vistes mejor o peor, si tienes más o menos cosas materiales, todos hemos sido afectados por la pandemia y lo demás es superfluo. Ojalá esto perdure una vez vuelva todo a la “normalidad” a la nueva normalidad, porque ya nada será igual que antes. Mucha gente ha empezado a valorar lo verdaderamente importante. Valorar la vida y sus pequeñas y grandes cosas que siempre han sido gratis y han estado al alcance de todos, para no extenderme doy como ejemplo: un abrazo, una sonrisa, un paseo disfrutando lo que la naturaleza nos regala y tantas cosas más.
Qué maravilla y suerte tenemos de poder estar conectados aún a la distancia y en este caso durante el aislamiento físico. Quiera Dios que no se colapsen las comunicaciones vía internet porque eso sí sería un caos. De un día para otro, nos han parado en seco. El mundo se paró y ¡aleluya, seguimos viviendo! y el mundo a su manera sigue andando y nosotros debemos aprender la lección y seguir andando también.

Cuando esto pase muchas cosas serán distintas, será mejor aunque mucho de lo que hasta ahora considerábamos importante deje de serlo. Una nueva y mejor manera de vivir nos espera. Nos vemos!!!

                                                             Silvia Fernández Fahey


Silvia es sancayetanense, mamá de dos hijos,  y arquitecta, actualmente reside en una Isla de Brasil, también y ejerció su profesión por más de 20 años en España