EL SUEÑO DE MI VIDA..,por Daiana Cisneros

                                                                 Me gustaría que en aquellos lugares en  donde estuve alguna vez y ya no estoy, me recuerden y puedan extrañarme

Disfruto siendo útil a los demás, procurando que no les falte aunque sea una sonrisa de segundos al que tengo al lado. Pero a veces no lo consigo porque soy incapaz de sacarles la mala onda o porque no me siento bien yo misma. Conozco mis capacidades pero me cuesta hacerlas madurar. 

Me gusta estar con la gente que me conoce y que con solo una mirada me transmite su sentir, aquéllos con los que el silencio también es interesante porque con los gestos se dice todo. 

Sé que hay más gente que me puede ayudar y orientar de la que busco, porque a veces no me dan ganas de contagiar mis tristezas pero soy consciente de que tengo que abrirme más en este sentido porque es importante conocer y compartir las experiencias del otro. 

Me siento bien en los lugares donde la cooperación es signo de unión y las ganas de acción. 

Mi vida se limita para no perturbar la de otros (no faltar el respeto, obedecer el pedido) y para no arriesgarme a situaciones insalubres. 

Me gustaría que en aquellos lugares en donde estuve alguna vez y ya no estoy me recuerden y puedan extrañarme; que si necesitan de mí yo haya dejado en ellos la confianza suficiente como para que no duden en buscarme y pedirme lo que necesiten. Me encanta que a los que amo sepan de mis sentimientos y se los demuestro con mi “siempre presente”, con mi perseverancia, con mi palabra de aliento. 

Mi familia es consciente de esto. Ellos son todo para mí, me siento muy vulnerable cuando no soy capaz de hacerlos sentir bien, de actuar a su pedido. A veces la pereza o el genio me superan y me llevan a herirlos. Pero más allá de todo esto mi apoyo y mi amor hacia ellos es la base de mi vida; dependo de su unión y agradezco día a día el tenerlos junto a mí a pesar de todo. 

Sueño con tener una familia establecida en el amor de Dios, que nunca falte la “interacción” entre sus miembros, la solidaridad, el gesto de cariño, que nunca falte un “te quiero”. 

Quiero desarrollar correctamente mi cualidad de ser mujer: poder conocer a alguien, transmitirle mi paz, concebir y dar a luz su hijo y entregarme a ellos con mis capacidades de ser madre. Pero que al formar mi familia no olvide a los que siempre estuvieron y seguir al servicio suyo y de aquellos que no tienen el privilegio de una palabra amiga, un abrazo caluroso o un plato de comida. 

Sin duda, el servicio y la entrega será la base de mi vida. 

Esto si hoy comienzo a trabajar sobre mis virtudes. 

Amar significa para mí todo esto, poder darme entera poniendo lo mejor de mí y sin importarme lo que reciba a cambio, sin esperar nada. 

Ser amada significa poder contar con un oído y un consejo desinteresado que con su confianza me exprese su amor.

                                                             DAY

                                       (Daiana Cisneros, 16 años, septiembre de 2002)

Daiana, hija de Mario Cisneros y Ana Rosales, sus amados padres sancayetanenses residentes en Mar del Plata, y hermana de Jorgelina y Betina, vino con sus padres a vivir a San Cayetano en el año 2001, desde que llegó hizo amigos entrañables, recuerdo que Graciela Berti  la presentó, y enseguida fue a una convivencia de jóvenes en lo de Raúl. Se hizo querer enseguida: su maravillosa y agradable  persona era amada donde estuviera: la Escuela -alumna de excelencia-, la Comunidad Guías Argentinas, el grupo de jóvenes de la Parroquia...

Con toda la vida,  la fuerza y la intensidad de la juventud que amaba divertirse y disfrutar, tenía  también sorprendentemente la madurez, profundidad  y sentido de la responsabilidad de alguien mucho más grande. Amiga íntima de Florencia nuestra hija, venía a casa -como Flor a la suya- todo el tiempo, y era placentero recibirla, porque siempre irradiaba luz...Cuando la veo a Juana jugar con las Barbies que eran de ella, y  que le regaló a María Magalí como un tesoro...recuerdo cuando las trajo... Ella ya "era grande".
A los pocos meses de escribir este bello texto, -producto de una reflexión en una Convivencia del Grupo Parroquial de jóvenes en el campo de Raúl Gardey y con su acompañamiento-, que ella misma tituló "EL SUEÑO DE MI VIDA" y que sus padres me acercaron, Day partió de una rápida enfermedad dejándonos desgarrados a todos. En los días en que permaneció internada en Mar del Plata, en el Colegio IDFS recibíamos el parte diario de sus padres, y se informaba a todo el alumnado, el 28 de noviembre recibimos la triste noticia de su deceso. Era un momento de tanto dolor de alumnos y todo el personal, que se suspendieron las clases. Y como llevados por la necesidad de consuelo, TODOS  nos fuimos al Templo. El Padre Rubén autorizó que ahí se haga su despedida. Y fue esa la más digna despedida para nuestra amada Day... El templo colmado de amigos, compañeros, familia y profesores. Rezando y cantando toda la noche y día, hasta culminar en la Misa, estuvieron sus amigos del Grupo de jóvenes, -ese hermoso grupo con el que había hecho  las celebraciones del Día del Niño y Reyes entre tantas cosas lindas-. Como ya era fin de año lectivo, los profesores llenamos la planilla de calificaciones de los alumnos, y sin ponernos de acuerdo, todos calificamos a Daiana, no dejamos en

blanco su casillero, y todos pusimos 10, porque, como todos los años, había superado con creces las expectativas. En el acto de fin de curso de ese año, sus padres recibieron la medalla.

   "Me gustaría que en aquellos lugares  en donde estuve alguna vez y ya no estoy, me recuerden y puedan extrañarme...   "                                                                  

Siempre la recordamos, siempre la extrañamos, y siempre que charlamos sobre ella con sus queridos padres, nuestros amigos, descubrimos nuevas facetas  de este ser bello que pasó por la vida iluminando y dando calor a los ambientes...

                                                 Magalí Di Croce