Un viaje en sí mismo, por Karen Rodríguez, Naara Jensen, Marianela Martinez y Claudia Dato del I.S.F.D y T N°65
La vida del estudiante es un viaje en
sí mismo, un crisol de aprendizajes y momentos que, sin duda, se graban en la
memoria. Es un recorrido donde cada jornada se convierte en un constante
ejercicio de malabarismo. Especialmente, con la inminente temporada de exámenes
en el horizonte y la acumulación de fechas de entrega de trabajos prácticos,
los días se tornan una danza incesante entre libros, apuntes y la pantalla de
la computadora. Las pilas de papeles crecen, y con ellas, la sensación de que
el tiempo apremia.
En este torbellino académico, la vida
social se erige como una auténtica tentación. La culpa de no estar estudiando
choca, de frente, con el irrefrenable deseo de desconectar, de pasar tiempo con
amigos. Y es que, en el fondo, sabemos que no todo puede ser campus virtual,
biblioteca y computadora. Necesitamos un respiro, un momento para recordar que
existe un mundo más allá de los textos y las fechas límite.
Pero en este camino de desafíos, nadie está realmente solo. Esta aventura se comparte con compañeros que, al igual que nosotros, se han embarcado en el mismo barco. Juntos, forjamos vínculos que trascienden el aula y que, en un futuro cercano, se convertirán en pilares fundamentales de nuestra carrera docente.
Serán esas amistades las que nos servirán de guía, de acompañamiento en los momentos de incertidumbre y de contención cuando la presión amenace con desbordarnos. Porque, al final, la verdadera riqueza de la vida estudiantil no reside solo en el conocimiento adquirido, sino también en las conexiones humanas que se construyen en el proceso.
Son estos lazos los que nos sostendrán, tanto en el Instituto como en la vida profesional, recordándonos que incluso en los momentos más exigentes, siempre habrá una mano amiga dispuesta a ayudar.
Karen Rodríguez, Naara Jensen, Marianela Martinez y Claudia Dato
Karen Rodríguez, Naara Jensen, Marianela Martinez y Claudia Dato son estudiantes de las carreras de Biología y Matemática , del I.S.F.D y T N°65, y elaboraron el texto que comparten acompañadas por la Profesora Natalia Reyes, en virtud del Taller de Autobiografía Mínima,
Karen, Naara, Marianela y Claudia, gracias por compartir este escrito, que describe con total autenticidad la vida del estudiante, los esfuerzos, el estrés de los exámenes, y también la necesidad de estar con amigos, y a veces, hacer un alto en las largas horas de estudio, y en ocasiones, sentir culpa por tomarse ese "recreo"...quienes transitan la etapa maravillosa de estudiantes y quienes lo hemos vivido nos identificamos sin duda con tan hermosa descripción, gracias también a Naty Reyes que las acompañó en este Taller y su producción grupal!
ResponderEliminarQué gran verdad acerca de lo que vive un estudiante!. Obtener un título conlleva todas esas sensaciones.
ResponderEliminarUna vez obtenido, y con el paso del tiempo, un título es casi lo único que no nos pueden sacar. Los vínculos pueden variar, los lugares donde se ejerce también, porque la vida es larga y variada. Pero un título es un instrumento muy propio que nos constituye y (a menos que no lo honremos) eso es inalienable.
Muy lindo lo que escribieron.