Orlando Escobedo, un escritor de nuestro Pueblo… por Magalí di Croce

Me llegan como una catarata los recuerdos del
tiempo compartido con ambos en las luchas políticas, con Orlando juntos en el
Partido Justicialista, y con el “Negro”, amigo y también ahora – como dice él- co
abuelo, en alguno de los Partidos de Izquierda. Recuerdo enfrentamientos,
discusiones, debates y hasta enojos, pero siempre con tanto respeto! que
pasados esos tiempos nos seguimos queriendo y tratando…buenos tiempos, donde
pensar diferente no nos hacía enemigos, sino que tratábamos de enriquecer los
diferentes Proyectos del Honorable Concejo Deliberante, con nuestro aporte e
ideas…
Y Orlando fue
un buen compañero, recuerdo cuando los debates duraban hasta la una o dos de la
mañana -porque con el Negro Dahul en el Concejo eran interminables…. A veces me
traía a casa en auto Lalo Scardapane y
otras Orlando. Charlábamos mucho, y con
él y con Ana María, su esposa nos teníamos un sincero aprecio.
En 2010 yo
era Concejal y pedí se declare de Interés Municipal, una obra que hizo en virtud del próximo centenario de San Cayetano titulada
“SAN CAYETANO, HACIA UN CENTENARIO Crónicas de un Pueblo y su gente” donde
relata costumbres y leyendas de nuestro Pueblo, y él me regaló una copia dedicada.
Orlando amaba
escribir sobre nuestro Pueblo, e hizo varias publicaciones de libros que
resultaron muy valiosos y hasta hoy se usan en las Escuelas porque contienen
datos que en otro lugar no se encuentran.
Luego de unos
años, nos volvimos a encontrar en el Taller de Narración Oral, que dirigió Marcelo Musarra en el Museo, era hermoso escuchar cuanto sabía de
la historia del Pueblo y Partido, era un historiador nato. Con Osvaldo también solían tener lindas charlas en el Estudio.
Fue una persona valiosa, y su obra quedará por
siempre.
Cuando una persona
parte duele, pero qué hermoso es dejar una obra tangible, Orlando dejó sus
Libros tan valiosos para la comunidad, que en ellos seguirá viviendo, y sus hijos,
nieta y nuera siempre podrán, con sano orgullo, ver como este hombre común: su
padre, abuelo y suegro logró trascenderse…y así no morir del todo.
Descansa en
Paz junto a Ana, querido Orlando…
Magalí Di Croce
Siempre cuesta un poco despedirse de los personajes destacados de una comunidad. Para los que no habitamos la cotidianidad del pueblo es como que el paisaje se va despoblando de a poco y en los regresos esporádicos casi no conocemos a nadie (ni nos conocen).
ResponderEliminarMe resulta muy interesante que haya escrito esa historia de San Cayetano. Es un legado de un valor indescriptible que , como bien decís trasciende este presente y lo vuelve eterno, en esa dimensión de eternidad que tienen las palabras.
En ese sentido, Orlando Escobedo, estará siempre vivo.
Qué hermosas palabras Silvia! Gracias! Si si vivirá por siempre en sus obras!
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