Alicia, las gallinas y yo, por Silvia Travaglia

Con nuestro grupo de Tercer Grado, Alicia es la de adelante con el punto rojo, yo la de al lado atrás





En una exhibición de gimnasia del I.D.F.S., Alicia es la señalada parada atrás , yo la sentada adelante.


   
                           Alicia fue una de mis compañeras de infancia con la que creo que compartí más tiempo.
Fuimos a la Escuela primaria durante 7 años, y 5 años de Escuela Secundaria.
Alicia vivía a escasas 2 cuadras de mi casa. Íbamos muchas veces una a la casa de la otra, a buscar deberes, hacernos preguntas y esas cosas propias de la época escolar.
La casa de Alicia estaba colgando al final (o principio) de la 9 de Julio, tenía muchas plantas, árboles y un gran gallinero hacia la parte de atrás. En esa época no había más construcciones hacia ese lado
Me encantaba ir a jugar ahí, pasé muy buenos momentos junto a ella y su familia.
Recuerdo muy especialmente un invierno en el que Alicia estuvo enferma, no sé qué sería, gripe o alguna eruptiva que yo ya habría tenido. Fui muchas veces a visitarla y acompañarla.Nadie pensaba en contagio ni nada de eso, era mi compañera de todos los días y estaba en cama. Le habían regalado un juego de ajedrez y, entre las dos, leyendo las instrucciones, aprendimos a jugar. Es poco creíble, lo sé, en dos niñas de 7 u 8 años, pero recuerdo que jugábamos y lo pasábamos rebien, y que reviendo ahora la cuestión, no era tan equivocado como movíamos las piezas y hacíamos las diferentes jugadas
El recuerdo que me parece más gracioso es que, como todas las chicas de ese momento, jugábamos a la maestra.
En ese enorme patio junto al gallinero y parte de él, imaginábamos que éramos maestras, que estábamos en el patio cubierto de nuestra escuela, la Escuela 1, y generalmente se trataba de un acto o algo por el estilo.
Nuestros alumnos eran las gallinas, cada una se "adueñaba" de un grupo y tratábamos de "educarlas".
Nuestra tarea era enormemente difícil, alguien vió algo menos educable que una gallina? (quizás un pez?) de modo que gritábamos y tratábamos de que hicieran fila , sólo obedeciendo nuestros gritos, no las tocábamos pero nuestra tarea era muy ardua, por no decir imposible. Nos gustaba llamarlas como aquellos cuyos nombres estaban en boca de nuestras maestras por ser más traviesos y desordenar la formación. Es así que le pusimos Pipi Blanco a un pollo o gallo grande de color blanco que se empeñaba en irse por los árboles en vez de respetarnos, era grande, volaba un poco y poco afecto a nuestra educación. Que se fuera para arriba indicaba, en nuestra imaginación, que en lugar de quedarse en el patio cubierto, se iba hacia las escaleras. Así fuimos poniéndoles nombres a nuestros "alumnos" e ilusionándonos con que alguna vez, por fín, se quedaran quietos y pudiésemos cantar el Himno, por lo menos.
Hoy me da mucha gracia y ternura nuestra ingenuidad, nuestra creatividad, nuestra imaginación y capacidad de entretenernos. Todo un conjunto de recursos tan importantes para la vida.
Nuestros vanos intentos de "educar" gallinas irrespetuosas habrán sido el germen de la vocación docente de Alicia, y la creencia de que se puede modificar lo complicado que anima mi trabajo.
Por supuesto que no tengo ninguna foto con Alicia de esa época. No se usaba, era caro pero también me demuestra que no es necesario tanta fotografía para recordar algo. El álbum del alma lo sube a la nube desde ese entonces y , sin contraseña, podemos disponer de ese recuerdo, reírnos y disfrutarlo, como si fuera hoy.
Me queda pendiente aprender ajedrez y saludar a Alicia el día de su cumpleaños cuya fecha recuerdo cada año y no sé porqué no lo hago.
                   
                                                                      Silvia Travaglia






Silvia ha escrito varios textos en este Blog, diversos, atractivos, emotivos....el último - anterior a éste-  puedes verlo acá


Comentarios

  1. Hermoso relato Silvia....niñez en un pueblo...esa amistad de años...los juegos que iban dibujando una vocación...el recuerdo vivo....muy muy bueno!!!

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  2. Qué lindo Silvia! Te recuerdo con mucho cariño!

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  3. ¡Me encantó! Profundo y divertido a la vez...

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