Las flores, por Silvia Travaglia

                                           Siempre me gustaron mucho las flores y han estado presentes desde la infancia en mi vida. Las flores son insistentes, según a que planta pertenezcan aparecen en la misma época del año. Las flores son el aparato reproductor de las plantas y las que dan origen al fruto, que nos dejan sin que se lo pidamos.
Las flores son hermosas, algunas presuntuosas como las orquídeas y las rosas. Otras humildes como las violetas y las nomeolvides.
Todas nos dan su color, su aroma y embellecen nuestro entorno. Todas son efímeras y se nos brindan para regocijo de nuestra vista.
De chica me obsesionaba en querer extraer a las rosas su aroma. Pasé mucho tiempo, en mis primeros 5 años, en la casa de mis tíos y padrinos,Vicente (Sanso) y Rosa. 
Mis queridos tíos Vicente y Rosa
Es la casa que ahora es de mi hermano junto a la vidriería. La tía tenia en su jardín muchísimas flores haciendo honor a su nombre, de diversos colores y formas, recuerdo especialmente una rosa roja aterciopelada casi negra de tan oscura.
Tanto frente , pasillo lateral y fondo, estaban repletos de plantas, muchas con flores. Había helechos que colgaban, pequeños cactus, etc, etc. Todo en muchas variedades de verde. Daban un fresco natural en las tardes de verano, frescura, humedad y sombra. Pasaba horas sentada en un banco del tipo de los de plaza, jugando con muñequitas de papel que recortaba de las revistas Para Ti, Maribel, Vosotras y Temporada. Cada muñeca tenía la cara de la modelo, el cuerpo era un papel rectangular angosto, y las piernas. Eso permitía recortar muchos vestidos e ir variando lo que usaban.
Aprendí a leer a los 4 años ahí. Tomaba revistas como Leoplan y le iba preguntando a mi tía "ésta con ésta, que dice?" y ella, mientras cocinaba como los dioses o cosía, me respondía. Así armé mis primeras palabras. Aún recuerdo vivamente cuando había algún párrafo que leía, porque sabía cuáles eran las letras, pero no podía descifrar qué querían decir. Algunos eran textos complejos, otros como las publicidades de crema Ponds, de Royal, de Mary Stuart, Volcán, me las aprendía de memoria.
En esas tardes de intentos lectores y "diseñadora de modas" (ya que mis amigos invisibles se llamaban como las marcas de cosméticos Helen Curtis, Helena Rubistein, Max Factor) e inspirada quizás en ellos, traté de hacer perfume de rosas. 
Se me ocurrió que si ponía pétalos en alcohol las iba a encontrar hecha perfume varios días después. Dejaba los frascos en el lavadero e iba a mirar de vez en cuando, cómo iba la cosa. Como es de imaginar, sólo se pudrieron y daban un olor horrendo. Mi tía, de pocas pulgas, lo debe haber tirado todo, ya que un día no encontré más mi improvisado gabinete, pese a todo seguí intentando varias veces y , demás está decir que no lo logré.
Hace alrededor de un mes fui a la Farmacia de la esquina de mi casa. Cuando entré había un aroma a rosas increíble. La empleada me cuenta que, mientras limpiaba, se le rompió un frasco de colonia Fulton, y aprovecho a desodorizar con eso. No dudé en comprarme uno, era muuy barato!!! pero hubiera pagado lo que sea. He recorrido muchos lugares a la búsqueda de ese aroma, sin encontrarlo y gastando mucho dinero.

Bueno, mi humilde frasco de Fulton rosas me da el placer de tener un poco de eso. Y curiosamente me perdura, cosa que en mi piel es casi imposible, hasta con los perfumes más caros.
Las flores, humildes y efímeras nos dan algo aún más efímero, su perfume.
Los momentos felices tienen algo de eso. Debemos aprovechar esos destellos porque se desvanecen antes de que nos avivemos de lo que valen.
No obstante, al igual que las flores, los momentos vuelven una y otra vez, quizás para que los podamos atrapar de vez en cuando, distraídos como estamos en el trajín cotidiano.

                                                            Silvia Travaglia




Silvia tiene escritos varios textos en este Blog, el anterior al presente es  "Hace 43 años", que puedes ver desde acá.

Comentarios

  1. Silvia es un texto maravilloso...con aroma a rosas, a infancia, a recuerdos bellos...me encanta...y cada vez que paso por la casa que fue de Sanso y hoy es de tu hermano Bruno y Sandra, su esposa, y veo el bello jardín me deleito...ellos siguieron la tradición de los tíos - y también de tus padres- las flores son vida, color, alegría...

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  2. Le contesto a Eugenia sus hermosas palabras en Facebook. Yo no tengo face porque los millenials hemos superado esa tecnología hace rato!!!
    Yo recuerdo las riquísimas chuletas que comíamos en esa mesa larga que poniamos en el pasillo del Hospital y los chistes que hacíamos, era un hospital mucho más pequeño, sin internación aún pero nos divertíamos sanamente (como corresponde al personal de salud) y tu capacidad de hacer humor!!!
    Muchas Gracias!!! es un halago, una caricia para el alma.

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  3. Un relato con poesía, con aromas, con esas primeras letras que luego fueron lecturas, con recuerdos de revistas y de marcas, que siempre nos sacan una sonrisa. Emotivo y para pensar en la alegría de las cosas pequeñas de todos los días. ¡Hermoso!

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