Postales que recargan energías, Federico Schmidt.

Recuerdo aquella vez que estuve en Río de Janeiro, Brasil… hace unos años en pleno verano. (Quienes me conocen, saben que aborrezco esta estación del año). Cuando les dije a mis hermanas, recuerdo que me dijeron: “¿Qué? A vos no te gusta el verano”. Sin embargo, quería conocer un lugar que tuviera montaña, mar y vegetación y creo, que no me equivoqué. 
El hotel donde me alojaba quedaba a más de una hora de las principales playas. Debía utilizar el subte…y así fue como tomé coraje y por primera vez me subí… Estaba asustado, pero ansioso por conocer. Le temía al idioma (no entiendo el Portugués, aunque iba zafando con el Inglés). En mi vida, había estado en un país limítrofe al nuestro. Sin embargo, lo logré… dicen que preguntando se llega a Roma; y creo que así fue. Luego de detenernos en decenas de estaciones del subte, y preguntar…¿Es aquí? ¿Dónde bajo? Llegué a una de las playas más bonitas que por siempre atesoraré en mis recuerdos: Leblon. Recuerdo el agua, completamente cristalina, arena blanca y un paisaje único y soñado. Pero…lo bueno dura poco, ya que no todos los días puedo estar en Río de Janeiro. 
Dicen que hay lugares que siempre están ahí, para hacer un reinicio a nuestro interior, también compartir momentos, historias o solo entregarnos a lo nuevo que hay. Cuando yo tengo mis temporadas de querer salir para tomarme mi tiempo y no pensar en nada porque todos lo necesitamos y en verdad es lo mejor que podemos hacer por nosotros, es allí donde todo vuelve a reiniciarse y llevar su cauce. 
“Colocar ideas nuevas y el de cerrar capítulos” creo que es una de las premisas que más solemos pronunciar en nuestro interior a lo largo de la vida. Desde luego, todo depende de cómo lo queremos hacer…Tengo la plena seguridad, que todo aquel que tenga más de 35 años nunca va a olvidar aquella épica canción y cuando la vuelva a escuchar se le va a volver a "pegar" por días: "Argentina es nuestro hogar”, ideado por el productor argentino Mario Kaminsky en 1985; cantaron desde Valeria Lynch y Jairo, hasta Tormenta, Sandro, Sergio Denis y el eterno Cacho Castaña, entre otros. En este caso, fue para ayudar a los damnificados por una serie de fuertes inundaciones en la Provincia de Chaco. Descontextualizando la misma, para volver al centro de la cuestión, mi lugar para olvidarme sin lugar a dudas de todo, es: observar el mar. Sonará paradójico…pero es así. Momentos que me permiten conectar la mente y el corazón, bastan solo algunas horas contemplando el sonido de las olas, su inmensidad, el azul profundo, estar frente a frente con el infinito, donde por instantes dejamos al unísono, nuestros más profundos deseos y anhelos, y desde donde pareciera que por momentos, su majestuosa belleza, nos da esa paz que tan vital es, para poder continuar. 
No obstante, como dije anteriormente, no siempre puedo ir al mar y en lo personal, siempre que tengo oportunidad de salir de mi pueblo, me fascina el desconectarme y no solo contemplar el mar, sino divisar lo que está a mi alrededor y admirar lo nuevo o viejo que hay, ya que no sabemos si lo volveremos a ver igual. Nada en la vida es seguro, por lo mismo a veces, no valoramos lo que tenemos y todo tiene su tiempo y su lugar. 
Siempre necesitamos de nuestras salidas, sean a donde sean, un lugar especial o uno nuevo solo es el de disfrutar el momento y ver porque vamos allí…

                                                                Horacio Federico Schmidt. 



Federico ya tiene publicados dos textos  en este Blog, el anterior a éste es  "Un principio y un final" , que puedes leer acá .





Comentarios

  1. Querido Federico cómo me identifico con vos en el placer de mirar el mar y lo describes tan bello!!! Hermoso texto que invita a viajar y a comprender el sentido y la necesidad de viajar!! Gracias por compartirlo!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Magalii! Por el incentivo, la paciencia, pero por sobre todo el entusiasmo que a mucho nos das para poder tomar un lápiz y papel y rememorar el tiempo transcurrido. Gracias, nuevamente!!!

      Eliminar
  2. Maravilloso!! Como todos tus relatos!! Totalmente vivencial!!

    ResponderEliminar
  3. ¡Hermoso texto! El mar, el momento, el viaje y...uno mismo. Para detenerse y pensar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Elegía para Thiago, por Ángeles Catalina Roldán

Los 15 de Shaira, por Magalí Di Croce

En busca de la Tierra Prometida, por Pedro Christiansen (Parte 1 y 2)