MODO AVIÓN, por Federico Schmidt



Llevo días pensando en qué escribir… e indudablemente, mis recientes 35 vueltas al Sol, me han hecho socavar en lo más profundo de mi ser; que es hora de hacer una reflexión en alto. Y...creo, que la voy a hacer. Sin embargo, me pregunto…¿Por qué vacilé tanto esta vez para escribir algo? Sin lugar a dudas, debe ser el efecto Cuarentena. Si miramos hacia atrás, en 1348, la peste negra o peste bubónica cayó sobre Florencia y siete mujeres y tres hombres jóvenes huyeron de la ciudad para refugiarse en una villa campestre. ¿Qué hicieron en aquellos tiempos en los que no había Netflix, ni Facebook, ni Twitter, ni Whatsapp?. Los jóvenes florentinos se entretuvieron contando cuentos durante diez días. Cien cuentos para ser exactos y el libro que recoge aquellos relatos se llama"‘Decamerón", por Giovanni Boccaccio. Entre los temas de los cuentos dijeron presente: el amor erótico y el amor trágico, la inteligencia humana y la fortuna. ¡Wow! ¡Cuánta riqueza de contenidos en ese libro!. Casi siete siglos después, la historia, nos refresca la memoria, pero esta vez con el nombre de Coronavirus (COVID-19).
 Al principio, como tantos ciudadanos, habíamos tratado de restarle importancia. Creíamos que el virus, procedente de China, tendría un recorrido corto y que antes de que nos diéramos cuenta habría desaparecido. Sin embargo, conforme pasaban las semanas y aumentaban drásticamente los casos de contagio, la confusión se adueñó de todos nosotros. A falta de vacunas, el mejor modo de prevención, según los epidemiólogos, era el aislamiento. El Coronavirus ya no era un cuento chino, era una realidad.
Y aquí estamos... Un virus nos logró paralizar en muchos aspectos; deteniendo el tiempo sin escrúpulos; pero con muchísimos resabios. Como seres sociales que somos, nos cuesta acostumbrarnos a experimentar una nueva vida. Esa vida olvidada, diferente, ocurrente, dónde la premisa fundamental es "QUEDATE EN CASA". A tal punto, que las relaciones sociales con familiares o amigos, quedaron en un stand by. "Nos vemos mañana", "No te olvides de traerme el tapper que te presté el fin de semana", " Mañana te paso a buscar para caminar", y podría continuar…Todo ese tiempo presente, se transformó de la noche a la mañana, nada más ni nada menos que, en un potencial. Un tiempo congelado, donde muchas decisiones personales, debieron ser postergadas hasta el próximo aviso. Salimos a la calle en horarios restringidos, por razones obvias, tomando todos los recaudos, como corresponde.
 El trinar de las aves en la ventana de mi habitación, hace que más de una vez, me despierte; y aún así, logran su cometido. Al abrir la puerta de mi casa, encuentro un pueblo diferente, en silencio, donde realmente todos los días, parecieran un domingo por la tarde: debemos cuidarnos, y lo estamos logrando. Como dice una vieja canción: "Somos animales de costumbres argentinas", y vaya que lo somos. Nos cuesta aggiornarnos a los cambios, matar el tiempo; se convirtió en el hobby del momento; donde lo que hiciste ayer lo volves a hacer hoy y así sucesivamente... Nunca tuve tanto tiempo como ahora… hasta de hacer nuevas amistades: mis auriculares y el equipo de mate, se ganaron mi amistad en esta Cuarentena. Ni hablar de mi cama, a pesar que casi duermo con los pies afuera, debido a mi metro noventa de altura, me rebusco para acurrucarme y esquivar los resortes del colchón; que todos los días pasea más que yo. Es en estos momentos donde debemos sacar nuestras mejores armas y cuidar de los nuestros: una llamada, un mensaje de Whastapp, una videollamada, horas de charla al teléfono… con esa tía que vive sola, con tu amigo que se le carió una muela y te pregunta: "¿Qué puedo tomar?" (ni la más remota idea), con tus vecinos, con tus seres queridos. ¡¡Es hora de seducir con nuestros encantos!!. Vamos a tranquilizarlos, a animarlos, a mimarlos sin tocarlos que…¡¡Ya bastante difícil resulta!!. Le he dado un prolongado descanso a las bisagras de las puertas del ropero, a mis perfumes, especialmente a mis prendas habituales de vestir, ni que hablar a mi amiga fiel de un sábado por la tarde: la plancha. Como dice Ricky Martin en uno en sus emblemáticos temas: "Fuego de noche, nieve de día"; acá no hay fuego ni nieve, todo es día y noche. A pesar de todo, la quietud, el silencio, el aquietamiento de un mundo que las veinticuatro horas del día estaba en constante movimiento; nos deja una enseñanza: nos muestra su rostro en su máxima expresión, sin maquillaje, al natural. Por otra parte, es hora de agradecer lo que tantísimas personas están haciendo por nosotros allá afuera de nuestros hogares; arriesgando sus vidas. Quizás al leerlo, parecerá un escrito muy obvio, pero pongamos todo lo mejor de nosotros, a fin de hacer esto más fácil y llevadero. Soy un convencido de que todo en la vida, pasa. Y esto no será la excepción…
 Horacio Federico Schmidt





Federico, con la sensibilidad que lo caracteriza,  ya tiene publicado en este Blog, "Un martes otoñal" , que puedes leer  acá , y "un principio y un final" que puedes ver desde aquí.



Comentarios

  1. Querido Federico, tu texto nos identifica...has hecho una crónica de lo que estamos viviendo todos, con las lógicas diferencias de las diferentes actividades y situaciones, esta cuarentena que describes maravillosamente nos ha igualado...gracias por contarlo y por compartirlo con la frescura y sensibilidad que te caracterizan!!! Hermoso relato!!!

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  2. Muy buen relato Fede, gracias por compartirlo!

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  3. Brillante! Cómo siempre! Ojalá tengas un lugar pronto en educación!!!

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  4. Hermoso el relato! Q voy a decirte yo, tu hermana, es tan vos... vi en cada palabra tus movimientos! Haciendo alusión a lo q estamos viviendo espero pase pronto y volvamos a vernos y compartir esos mates y esas charlas... y q quienes se pueden quedar en casa realmente se queden y quienes no podemos realmente estamos haciendo lo posible para colaborar y q todo pase de la mejor manera posible!mientras tanto estas cosas acarician el alma en estos momentos complicados...

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  5. ¡Hermoso relato! Con humor, con ejemplos, con consejos, con la mirada puesta en un futuro diferente, pero esperanzador. Lo de la puerta del ropero está buenísimo.

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  6. Fede hermoso amigo!! Tan claro. !! Abrazo grande, desde Tandil

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  7. Muy bueno Fede.... Creo q después de esta cuarentena va a haber varios Boccaccio ..ja.
    Ojalá pronto vuelvas a la educación, se necesita gente amor x la profesión, no titulados x un sueldo.
    Abrazo a la distancia amigo!

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  8. FELICITACIONES Fede. Espero la próxima entera
    Escribís hermoso!!. Susana Di Droce

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  9. ¡Hola Fede! Acabo de leer tu relato ( todo un ensayo literario, diría), donde nos compartís tus vivencias en esta cuarentena. Cada tramo nos lleva de la mano a través de una experiencia pueblerina con la que nos identificamos rápidamente desde tu decir: coincide con lo que

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  10. (Se me escapó el dedo sin concluir la oración. Disculpame. La cuarentena también trae ciertos arrebatos inconcientes). Prosigo: coincide con lo que nos toca atravesar a diario. Aparecen imágenes y metáforas muy logradas, donde el mayor efecto se revela desde la nueva nitidez que adquieren las cosas, ahora atrapadas por un tiempo que percibimos estático. Desde la alusión al "Decamerón", de Bocaccio (que leí un par de veces cuando seguí mi profesorado) y la inversión creativa del tiempo que se propone allí, a la actualidad donde se multiplican las opciones comunicativas ligadas al entretenimiento y a la solidaridad para acompañar a otro, todo se va envolviendo en una rutina que parece haber paralizado nuestra realidad:"tiempo congelado","todos los días parecieran un domingo por la tarde", (el silencio, la quietud) "nos muestra su rostro sin maquillaje"; y también la alusión a ese ropero, que resalta Silvia van sintetizando esa idea de un presente perpetuo que nos obliga a mirar con nuevos ojos, a mirarnos y a agradecer por lo que nos ha sido brindado. Actitud en la que, quizá, no nos hubiéramos detenido, inmersos como estábamos en el fragor de lo cotidiano.
    Tu texto aporta calidez a este momento teñido por la preocupación o el miedo.
    ¡Gracias, Fede! Y a seguir escribiendo. Un abrazo fuerte.

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  11. Rosana!! ¡Qué placer qué te haya gustado este "pseudo" ensayp literario jajaa! Traté de plasmar esa realidad tan palpable a los ojos y todos los demás sentidos, que sin lugar a dudas nos toca transitar. ¡Mil gracias, Profe! Porque en mis épocas de Secundario, fuiste la única que nos hacía escribir, corregir, rehacer; pero sobre todo, ser artífices de nuestra imaginación. Ya seguiré escribiendo si Dios quiere y te mando un cálido y afectuoso abrazo!
    PD: Todos rus apores, en lo personal, son invaluables. ¡Beso!

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  12. ¡Muchisimas gracias a todos quienes han leído este escrito! ¡Les dejo un inmneso abrazo!

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