Mis Recuerdos (Carlitos Rodríguez), por Silvia Travaglia

Hay algunas personas que recuerdo muy especialmente. No tiene que ver con que haya tenido relación directa con ellos, sino con que, cada vez que iba a San Cayetano, los encontraba ahì, del mismo modo y como eternos en su ser. 

Carlos Rodríguez era uno de ellos. Lo recuerdo desde muy chica, él trabajaba en lo de Don Emilio Linares, La Palma. Junto con uno de sus hijos, traía pedidos a domicilio. 

Quizás porque era niña y porque lo merecía, me parecía un hombre muy bello y muy amable. Tengo en especial un recuerdo de un Día de Reyes. Por ese entonces yo creía a medias, dudaba de quienes hacían esos regalos que recibíamos. En la escena a la que me refiero, tanto él como uno de los hermanos Linares estaban disfrazados de Reyes Magos. Para mí era mágico de verdad... hasta que don Andrea Pastorino, el padre de Luciano, abuelo de Roberto, riendo a carcajadas dijo " Este Carlitos!!!".

Era Carlitos Rodríguez y me daba cuenta a traves de su máscara. Mi ilusión ya cayó por completo pero no fue grave. También era lindo que fueran representados por él. 

Luego recuerdo que se casó con una hija de don Emilio, tuvieron hijos, recuerdo especialmente a Diana porque era amiga de mi hermana. Yo ya no vivía en San Cayetano, de modo que mis recuerdos están mezclados y con una relación inexacta con el tiempo. 

Recuerdo que trabajaba en el Banco Provincia y que era sumamente amable y responsable en lo suyo. Lo veía en la segunda etapa en que "viví" en San Cayetano que fue en los 90, mientras trabajaba allí y necesitaba hacer trámites en dicho Banco. 

Pero además, cada vez que salía de mi casa, doblaba por la 12 de octubre hacia la Avenida, era un deleite ver a Carlitos en el jardín de su casa, siempre haciendo algo. Vivía enfrente de lo de Maruca, la ayudó , junto con su esposa, la acompañaron como nadie en la vida, creo yo. 

Lo que más me viene a la memoria es su don de gentes, su sonrisa, su amabilidad. Es como que lo veo sonriendo en el jardín, podando las plantas, saludando tan cordialmente y dándome algún dato de Maruca, si es que justo no la encontraba, le preguntaba y él me cantaba la justa. También me daba datos cuando ella ya no estaba tan bien de salud. 

Jamás le vi algún gesto negativo, o de trato distante. Era cercano, tan querible... y a su vez, parecía no pedir nada a cambio, y lo veía siempre igual, con un estado físico envidiable. 

Hoy vi en Caynet que fue deportista también, cosa que en mis recuerdos fragmentados no estaba, porque no me interesaba el fútbol, de ahi su estado quizas?... 

Resumiendo... si lo único que queda de nosotros son los recuerdos y las palabras, me pregunto cuantas palabras amables, de ayuda, de solidaridad con el prójimo, graciosas, con ese modo que alegra la vida cuando uno se encuentra con esa persona, cuantas palabras así han quedado en los oídos de tantos sancayetanenses. 

Esas personas son los héroes en mi modo de ver, los que pasaron por la vida haciéndola más agradable, más fácil, más vivible. 

Carlitos: no sabría cómo hacer para agradecerte que formes parte de mis recuerdos más lindos. Y sólo sé que ésto escribo es un granito de arena muy pequeño como para realzar la importancia de tu figura y tu presencia. 

Seguramente te elija, quien esté en la entrada, para que lo ayudes a hacer más agradable la entrada al Cielo. 

                                                   Silvia  Travaglia

Silvia es psicóloga, ha escrito en este Blog  muchos textos, todos  bellos, movilizadores y diversos, los cuatro anteriores a éste son   , " Vida Guille" que lo puedes ver aquí,  "Amiga inesperada y querida" que puedes ver acá, y "Sin sentido Contradicción Desconcierto Absurdo", que pueder ver desde acá, y "Realidad y referencias" que puedes ver desde aqui.