Pentecostés en mi vida, por Magalí Di Croce


Ya llega Pentecostés, esta noche de sábado sería la Vigilia…y lamento que estemos en aislamiento y no podamos disfrutar juntos en la comunidad parroquial, que no podamos celebrar la llegada del Espíritu Santo que nos une como Iglesia y nos enciende el fuego de la fe, del compromiso cristiano… 
Estamos como en un Retiro…pero no es un Retiro… y me viene a la mente cuando conocí al Espíritu Santo, justamente en un Retiro… ahí conocí al Gran Desconocido.. 
Yo tenía 25 años y me había vuelto al pueblo, hacía dos años que me había recibido de abogada…no tenía trabajo, mis amigas aún estaban estudiando afuera y las que vivían acá, casadas con hijos pequeños, con sus realidades diferentes, cada cual estaba en sus cosas, en su mundo… 
Así que me sobraba el tiempo…me puse a hacer la carrera de Magisterio, en el ISFD Nº 65 que recién se creaba como una extensión…como estaba dando clases de Introducción al Derecho e Introducción a la Economía, en la Escuela Media, consideré que me iba a ser útil, y, a su vez compartía con Susana algo lindo… 
Pero igual me sobraba el tiempo… 
Era el año 1983, 26 de junio, me recuerda Olga Finocchio, varias personas de la Parroquia, entre ellos el Padre Jacobo, Lito y Olga Finocchio, Andrés Fernández, me invitaron a un Retiro del Espíritu Santo en el campo de Teresita y Raul Gardey, predicado por el Padre Adán. 
Yo no conocía al Padre Adán, y menos aún al Espíritu Santo…pero creo que no fue la curiosidad sino el aburrimiento, -de no tener nada para hacer el fin de semana- lo que me impulsó a ir… 
Ya llegar a la Casona, dispuesta para el Retiro, fue placentero… tan hermoso lugar con esos árboles que predisponía a un tiempo espiritual…. 
Compartimos habitación con Graciela González, era un cuartito pequeño en la parte de arriba desde cuya ventana se veía el parque, hasta eso era bello… 
Éramos un buen grupo…no recuerdo a todos….sé que estaban Chely Primo y su marido, Carolina y Ramón Varela, Mario Vassolo y su esposa, Mirta Serafini, Elenita y Mario Parente con quienes hacía tiempo no nos veíamos, doña Juanita Pascuet que me hizo conocer la historia y advocación a la Virgen María de la Medalla Milagrosa, Juan Di Caro, y varios más. 
Empezaron las charlas, intercaladas con los momentos de descanso, de meditación, de comida, y de Misa…y de a poco fui abriendo el corazón para conocer a ese Huésped Divino que, tenía en mi ser desde el Bautismo, y nunca le había dado una correcta bienvenida… 
Empecé a conocer a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a conocer su Obra en cada uno de nosotros y en la Iglesia, y me enamoré del Espíritu de Dios… 
Fueron maravillosas las charlas del Padre Adán, la profundidad y a su vez simpleza con que se expresaba, y con que nos fue transmitiendo su amor hacia el Santo Espíritu. Recuerdo que nos enseñó a rezar al Espíritu, 7 Padrenuestros, 7 Ave Marías y 7 Glorias por los siete dones…y nos decía, tienen que hacer como cuando nos dan un medicamento, no nos tomamos el frasco de golpe, sino las gotitas cada día…bueno así debemos orar, cada día, los 7,7 y 7 , cada día….y el Espíritu va obrando en nosotros cada día…

Fotografía del Padre Adán junto al Padre Adolfo, me la acaba de acercar Olga Finocchio

Nos fue enseñando como obra en nosotros el Santo Espíritu, cómo nos pule y modela como el Alfarero…También nos decía que para que el Espíritu Santo pueda estar en nuestro corazón a sus anchas, debía tener espacio… y que ese espacio lo debíamos hacer sacando los huéspedes que no eran buenos, como el odio, los rencores, el materialismo, el egoísmo, que si anidan en nosotros no dejan lugar a que el Espíritu recibido en el Bautismo, se expanda y manifieste… 
Hubo un cambio en mi vida a partir de ese Retiro, en cada paso de nuestra vida de fe, hay hitos que nos van marcando el camino y que recordamos especialmente, como lo fue la Misión del Padre Freddy y la visita a la Virgen en Salta, entre otros, ese Retiro me hizo conocer y amar a esta Tercera Persona Divina, que nos trae sus siete dones para que fructifiquemos abundantemente. 
El Retiro terminó con la imposición de manos y la Efusión del Espíritu Santo, fue tan bello que me produjo impacto hasta en lo físico, y desde ese momento, han pasado ya 37 años, nunca me separé de Él, lo invoco ante la tribulación, le pido antes de afrontar una situación difícil, le agradezco y lo alabo, especialmente en las Misas de Sanación… 
Este Pentecostes va a ser diferente, sin Misa presencial, sin celebración comunitaria, y es una lástima, pero no pierdo la alegría, es Pentecostés, una vez más el Espíritu viene a mí, viene a nosotros, como lo hizo cuando María estaba reunida con los apóstoles, y Él llegó como un fuerte viento, como lenguas de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos…Es Pentecostés y el Espíritu nos trae sus Siete Dones, el don de Fortaleza para sobrellevar y sostenernos unos a otros en este tiempo, nos trae el don de Sabiduría, para que distingamos lo verdaderamente importante de lo superfluo, de lo banal, el don del Entendimiento para que podamos comprender sus designios, el don de Ciencia para que no cometamos errores evitables que nos pueden hacer daño a nosotros ni a los otros, el don de Consejo, para tomar el camino adecuado y para atrevernos a aconsejar con la verdad, el don de Piedad para disfrutar de todo lo que nos ofrece Dios en esta vida, y el don de Temor de Dios para estar atentos y obrar sin ofenderlo a Él o a los hermanos… 
Es Pentecostés y Él nos trae sus siete dones, para que fructifiquemos en caridad, alegría, paz, paciencia, generosidad, y fe, entre otros…. 
Es Pentecostés y mi alma está feliz aún en medio de las dificultades…

                                              Magalí Di Croce



He compartido varios textos  en este Blog, los tres  últimos anteriores al presente son: "El Bien Común, el Bien Individual y la Crisis" que puedes leer desde acá y "El Templo" que puedes ver aquí y "La dignidad humana" que puedes leer acá.




Comentarios

  1. Hermoso lo que transmitis Maga, como vos. Yo no tengo esa espiritualidad pero que lindo ser tu amiga!

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    1. Gracias Anita querida!!! Siempre generosa con tus palabras y apreciaciones!!! Yo tambien valoro y disfruto nuestra amistad!!!

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  2. La dimensión de la espiritualidad, sea religiosa o cualquier otra, agrega tranquilidad en estos momentos a quien las sostiene. Bonito relato de la apertura de tu corazón.

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  3. Además cuando el impacto es físico ha de ser inolvidable. Son experiencias que no le suceden a cualquiera sino a quienes estan abiertos a sentirlas y no cualquiera puede comprenderlas. Felicitaciones y gracias por compartirlo.

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    1. Gracias de nuevo!!! Si...la apertura evidentemente es fundamental...más si consideramos que nada se nos impone desde Dios, sino que, respetando nuestra libertad, se ofrece...y la disponibilidad o docilidad a su obra es imprescindible...

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