El desafío de la libertad, por Magalí Di Croce

Elegí esta  fotografía del mar del Balneario San Cayetano, porque al mirarlo me inspira Libertad...

El problema de la libertad no es nuevo. De él se han ocupado filósofos de todos los tiempos y también las diferentes religiones lo abordan, es una cuestión íntimamente unida al hombre como ser social, como integrante de una sociedad, como Zoon Politikón al decir de Aristóteles. 
El ser humano sólo logra su plenitud como persona en todos los aspectos de su esencia, en contacto con los demás. Desde que nace –desde antes de nacer en realidad- necesita de los otros, tanto en lo afectivo como en lo intelectual, la persona es persona en relación con los demás, una persona con sus facultades mentales intactas jamás podría aprender a hablar si no está en contacto con otros seres humanos, ni podría desarrollarse intelectualmente ni afectivamente si jamás tuviera contacto alguno con otros… 
La persona humana es esencialmente un ser social. 
Es en ese contexto en que se pone en juego uno de los principales atributos del hombre: la libertad. 
Siempre he pensado que la libertad es un colosal desafío, y como creyente en que somos creaturas de Dios, me admiro en la perfección de crearnos a Su imagen y semejanza dándonos el don que más puede asemejarnos a Él: la libertad. 
No dejo de pensar en el problema de la libertad, que es el don más valioso que tenemos en nuestra esencia y a su vez el que implica la mayor responsabilidad, el mayor esfuerzo, el mayor sacrificio, la mayor disciplina, el mayor desafío, las mayores consecuencias… 
La libertad de hacer, de no hacer, la libertad de omitir, la libertad de hablar, la libertad de responder, la libertad de callar… 
Siempre he tenido la tendencia de imaginarme cómo hubiera usado mi libertad si hubiera vivido en otras épocas, si hubiera vivido en la época de Jesús si lo hubiera seguido libremente aún a costa de mi propia vida, o si las rígidas estructuras de ese tiempo me hubieran atrapado y no hubiera podido “Verlo” y menos aún jugarme libremente por Él. Si me hubiera encontrado en tiempos o regímenes en que la mujer tenía tan restringidas las libertades , casi ningún derecho civil - y ninguno político- si yo lo hubiera aceptado como normal y ni siquiera hubiera pensado en mis libertades, o si por el contrario hubiera estado del lado de las minorías que con tanto esfuerzo fueron sentando las bases de la libertad de la mujer e igualdad de derechos con el hombre. O quizás si hubiera vivido en épocas en que la esclavitud era perfectamente legal, si lo hubiera considerado normal –siendo esclava o persona libre- o si hubiera levantado mi voz ante tal atrocidad…. Y no encuentro una respuesta clara de lo que hubiera sido o hecho, realmente no lo sé, porque como personas además de nuestras características personales, nuestra psiquis, y nuestras creencias, el contexto social en algún punto nos moldea y determina. 
Quizá el problema de la libertad podría considerarse resuelto a partir de la Ley, que es la manera de ordenar las libertades humanas en sociedad imponiendo justicia, pero aún como abogada debo reconocer que la Ley no resuelve la cuestión profunda de la libertad, aunque produzca consecuencias en ella. La cuestión de la libertad excede la ley y se acerca más a la ética y a algo que es inherente a nosotros mismos: el dominio de sí mismos. 
Y ahí es donde encuentro el quid de la cuestión: el desafío de la libertad se debe complementar necesariamente con dos elementos que son: la ética y el dominio de sí mismos… 
La ética nos indica de manera universal qué está bien y qué está mal en el obrar. Y el dominio de nosotros mismos es la forma racional en que le ponemos, nosotros mismos, un límite a nuestra propia libertad. 
Si transcribiera las noticias de los medios de comunicación en todo tiempo y especialmente en este tiempo de pandemia podríamos observar, por ejemplo, las mil formas en que se trata de incumplir con el aislamiento obligatorio, o de hecho se lo incumple, haciendo fiestas, reuniones, viajes que no están autorizados etcétera, en otro orden podremos observar exabruptos de funcionarios públicos, ataques en las redes sociales, vigilancia indebida, presiones, controles a la privacidad o al derecho a la expresión, y otras maneras en que el don precioso de la libertad es mal usado, desperdiciado, limitado o coartado. 
Los grupos sociales que han logrado con menor coerción y mayor convicción hacer lo que corresponde y evitar lo que no conviene, han avanzado en todos los aspectos de la vida. 
En lo personal, me inquieta el tema de la libertad, creo que realmente es un desafío que –paradójicamente- me conmina a trabajar para crecer como persona, para hacer el uso más óptimo de este don divino que el Creador insertó en mi naturaleza de persona, me conmina a limitarme, a auto dominarme, en hacer, decir, responder o callar lo que no es bueno, y a su vez, me conmina, con la misma fuerza, a comprometerme en hacer, decir, replicar, apoyar y comprometerme con  lo que es bueno, sin temor ni cobardía…
                                                          Magalí Di Croce



Además de administrar el presente Blog Intramuros de San Cayetano, he compartido varios textos míos,  los cuatro  últimos anteriores al presente son: "El Templo" que puedes ver aquí, "La dignidad humana" que puedes leer acáPentecostés en mi vida, que puedes ver  desde este enlace,  y "La alegría de ser parte de un legado universal" que puedes encontrarlo acá.

                                       
      

Comentarios

  1. De todos los profundos conceptos que vertiste en este escrito, puedo decirte que (dado que muchos no son de mi jurisdicción) la libertad no es sin otros, no es concebible sin lo social, creer que se es libre porque "hago lo que quiero" es una ilusion.
    Parafraseando el decir popular "No sos vos, soy yo", ejemplo paradójico de la irresponsabilidad total, diría que "No soy yo, soy vos", ese mi modo de pensar la libertad.
    Muy bueno el escrito, para dejar pensando...

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  2. Gracias amiga!!! Siempre tus cometarios enriquecen mis textos!!!

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  3. Muy interesante Magalí! Y muy atrapante el enganche de dimensiones. Siempre me pierdo un poco también imaginando contrafácticos, qué hubiera sido de mí en otra época, cosas imposibles de saber puesto que no estuve allí, y también me inquieta del presente una cuestión en la que tal vez coincidamos. Tiene que ver con la relación entre saber sobre algo con certeza y elegirlo y defenderlo libremente, así como libremente replicar y combatir lo contrario. Sin embargo me apabulla en el mismo presente la falta de conocimiento también (ya no por no haber estado ahí, sino por estar acá y en mi finitud no acceder a ello) o el conocimiento que no nos hace actuar sino que nos tiene hasta indiferentes. Repudiamos la esclavitud, pero hoy incluso en nuestro país sigue habiendo esclavos, y ni hablar las manos esclavizadas que producen tantas cosas que compramos traídas de afuera (pienso en Asia). Algo de eso sabemos, nos choca que así sea, pero en más de una ocasión no logramos inclinarnos definitivamente por la defensa de lo que creemos y sabemos correcto. No creo que sea maldad, para nada, ni que haya una sola causa sino muchos cruces sociales, cognitivos y psicológicos tales que, como decía Ovidio, viendo lo mejor y aprobándolo, todavía así muchas veces elijamos lo peor. Y que así, a pesar de la permanencia del Mal o de los males, la pregunta por como hacernos más libres y mejores siga viva y picante como siempre.

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    1. Gracias Marcos!!! tu hermoso comentario me alegró, y sin duda completa y enriquece mi texto...me encanta verte discernir, filosofar y crecer siendo tan joven...

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  4. Son muy interesantes tus comentarios, Marcos. Agregaría que tanto lo contrafáctico, como la tendencia a elegir lo peor, son para mi una muestra de lo acotadísima que es nuestra libertad. Y no cuento aqui la sobredeterminación que tenemos desde las historias personales.
    La libertad es, a veces, sólo un margen, caemos de uno u otro lado.

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    1. justamente ahí está el misterio de la libertad y el desafío que ella implica, para que no sea solo un margen sino la posibilidad maravillosa de vivir a pleno y bien en todos los sentidos....pero bueno esto estaría lindo charlarlo con un cafecito de por medio... gracias Silvia, gracias Marcos...disfruté de estas charlas...

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  5. La elección permanente nos define como humanos. No me parece que la libertad sea un punto de llegada, sino un hacer equilibrio permanente sin arribar a ninguna plenitud. Lo cual le da sentido a la vida como camino.

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