En busca de la Tierra Prometida, por Pedro Christiansen (Parte 1 y 2)
Los hijos de mis abuelos -papá y sus hermanos- en un Studebaker |
Parte 1: “ Hasta La Florida”
Nuestro campo es el sacrificio de nuestros antepasados,
tiene historia de familia, lo que alimenta el alma, es herencia de generación
en generación. Desde muy pequeños
jugando, aprendimos a querer la tierra y, jugando aprendimos a subir a
un caballo para arriar la hacienda, y ver los cereales crecer y cosechados, y
jugando aprendimos a trabajar en la cosecha.
Este año van a ser 100 años desde que mi abuelo Christian Christiansen compró el campo donde yo vivo y esto me lleva a pensar lo que tuvieron qué pasar hasta llegar a esta ilusión, qué fue lo que los hizo migrar para La Argentina, que era un país lleno de posibilidades para los amantes de la agricultura y para llegar a lo que le llamó “la Tierra Prometida” .
Los comienzos fueron en el lejano país del norte de Europa: Dinamarca, donde ya era
imposible prosperar, y de ahí la decisión de emigrar. Partieron en tren en
noviembre de 1896, dos hermanos con sus respectivas familias:
Andreas Christiansen ( mi bisabuelo) e Ingustinos Christiansen, también venía con ellos su madre: Mette,
debieron ir a Hamburgo (Alemania) para poder embarcar.
A Buenos Aires llegaron el 2 de enero de 1897, pleno
verano, venían de un país frío que en verano no pasa los 30º….imagino el calor.
Debían adaptarse a un nuevo clima, idioma, nuevas costumbres y al desarraigo.
(Cuando veo a la juventud con estudios pero sin trabajo, por lo que deciden
emigrar, aunque las distancias son otras, la tecnología, los celulares…el
momento de estar en Ezeiza dejando su tierra y llegando a otras lejanas
seguramente que es lo mismo…acostumbrarse a otro idioma…costumbres…y el
desarraigo).
De allí fueron a Tandil, lugar donde iban casi todos los daneses por sus contactos.
Los comienzos fueron en trabajos rurales, en un Puesto en
la zona de Vela.
Christian (mi abuelo) ya entrando en la adolescencia fue
a trabajar en lo de Andrés Laulun, en la zona de Lartigau, Partido de Coronel
Pringles.
Andreas en 1900 prueba suerte, en Colonia Iris, lugar
donde ya habían fundado el Pueblo de Villa Iris, Partido de Puan, límite con la
Provincia de La Pampa, y llamó a sus hijos para comenzar una chacra. Christian
ya se había armado de una caballada y con sus 19 años, salió con un rumbo casi
desconocido, pasó por Bahía Blanca, para luego dirigirse a Villa Iris, casi sin
caminos trazados muchos a campo traviesa . Esta es parte de su historia, me hubiera gustado
conocer más, sólo tengo partes contadas
por mi padre, sé que no fue un recorrido fácil y no puedo detenerme en esa
parte de nuestros antepasados, yo nací ocho años después de que fuera de este
mundo.
Instalados en Villa Iris comenzaron como chacareros, y
siempre con la ilusión de la “Tierra Prometida”.
A los pocos años la naturaleza les juega una mala pasada:
seis años de sequías, recién habían empezado algo que no pudieron bancar…
Christian ya casado con Mathilde y una pequeña hija, Eva,
se fue a trabajar con una trilladora a Trenque Lauquen, para luego arrancar
nuevamente con chacra en campo San Cala, Partido de Benito Juárez. Llegaron
mejores años y también llegaron más hijos: Andrés, Dagny y Ana. De allí se
fueron al campo Rodríguez, entre Necochea y La Dulce. Lo primero que se hacíaal
alquilar un campo era construir un rancho (de chorizos) de adobe: paja y barro,
también hubo buenos años y la llegada de cinco hijos más: Carlos -mi papá- ,
Sylvia, Elinor, Otto y Lilian.
Toda la familia en el campo "Los Rodriguez", Mis abuelos, sus nueve hijos y el bisabuelo Andreas |
Estando allí pudo concretar el sueño de la “Tierra
Prometida”, pudo comprar ese campo que llamó “La Florida” en el 1923, y comenzó
a construir las instalaciones, casa y galpón.
Recién en 1926, el 5 de septiembre, vinieron a vivir aquí, el recorrido desde el anterior campo les llevó un día con villalongas y carros, llevando todos los muebles, animales de corral, gatos y perros.
Después llegó la crisis del 30, no fueron años fáciles….se fue de este mundo en 1947. Igualmente Christian, mi abuelo, vivió años felices, su padre Andreas vivió con ellos hasta su fallecimiento a los 83 años, llegaron muchos de sus nietos y podía disfrutar del crecimiento de lo que había sido el gran anhelo: “La Tierra Prometida”. Ese pasó a ser el lugar donde festejaban la Navidad y donde sus nietos quedaban un tiempo en sus vacaciones.
Mi bisabuelo Andreas, ya anciano, con sus hijos
Carlos, mi padre, se casó en 1949, y se hizo cargo de “La
Florida”, comprándola unos años después. Siguieron viniendo a pasar temporadas mis primos ya
siendo muchos adolescentes, y yo uno de los menores, solo tengo vagos
recuerdos, pero escuchaba sus historias de los momentos vividos en este lugar.
Cuando nuestro padre enfermó, nos pasó el campo a nombre
de los tres hermanos. Lamentablemente lo perdimos siendo yo muy joven, hubiera
querido que me viera crecer un poco más, pero me dejó el legado: los valores y
el amor a este lugar, hoy llegan mis sobrinos y también sus hijos y les voy
contando nuestra historia de trasmitir
como si fuera un juglar.. y así van valorizando a nuestros antepasados y lo que fue para
ellos: “La Tierra Prometida”…
PARTE 2: “Las esposas, Las Compañeras incondicionales,
que también hicieron historia de Familia.
Johanne: Mi bisabuela, esposa y compañera de Andreas, fue quien al encontrar a su suegra llorando porque se iban sus hijos, le dijo: “-Venga con nosotros-”, algo que no dudó y partió con ellos. Las dos fallecieron a los pocos años de la llegada al país.
Este mueble lo trajo consigo Johannes desde Dinamarca |
Mathilde: Mi abuela, esposa y compañera de Christian. Se conocieron en Villa Iris, crió nueve hijos y también ayudó en las tareas rurales, ordeñaban juntos las vacas, se vendía la crema. Se ordeñaba, desnataba, se dejaba algo de leche entera para consumo, algo de la crema para manteca, el resto de la crema se llevaba a Lumb donde, por Tren iba a Buenos Aires, y se guardaba leche descremada para criar cerdos. En Lumb también se recibía la correspondencia por Estafeta Postal.
Mis abuelos Christian y Mathilde |
Tuve la suerte de conocerla, aunque yo solo tenía 7 años cuando ella falleció, y aunque ella tenía muchos nietos y yo era uno de los últimos, -y también tenía bisnietos-, algunos abrazos de cariño me daba…
Aase
(Ose) mi mamá, esposa y compañera de Carlos. También se crió en el campo desde los 15 años. Fue empleada
doméstica y trabajó dos años en la tienda Molinari de San Cayetano. Le gustaba cabalgar por lo que podía ayudar en
los arreos de hacienda, y si tenía que ordeñar, se ponía la ropa de papá para
que las vacas no desconocieran.
Uno de los recuerdos de trabajos en familia, fue una vaca que no podía parir el ternero, venía de patas y no de manos que es la forma natural. Llovía en el medio del campo, papá sostenía la vaca y mamá y nosotros tirábamos de la piola para ayudarla a parir. El resultado: el ternerito vivo y nosotros “hechos sopa”…pero felices…
Mamá después de los 60 años todavía solía pedirnos que le ensilláramos un caballo, le dábamos un montón de consejos…no nos hacía caso…cuando se alejaba empezaba a galopar.
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"La Florida", hoy...mi lugar en en mundo
Sigo aquí, que es mi lugar en el mundo, aunque en mis venas llevo la sangre de mis antepasados vikingos-daneses, mis raíces son profundamente argentinas.
PEDRO CHRISTIANSEN
Pedro es un productor agropecuario sancayetanense descendiente de daneses y conserva el legado de su famila. Además disfruta de la fotografía como un hobby que heredó de su abuela. Ha escrito en este Blog otros tres textos: "Amo mi Escuela Primaria", que puedes leer desde acá , "Crotos: historias de la vida rural" que puedes encontrar aquí, "Inger , Frue Bryde, o simplemente “La Danesa” como la llamaban, para mí: Bedstemor (abuela en danés) que puedes ver acá , "Mi querido Barrio Vanoli" que puedes leer desdeaquí y "Mi pequeño humedal" que puedes ver desde acá
Pedro, amigo, he viajado con tu familia desde Dinamarca a fines del Siglo XIX, y he sentido el desarraigo, así como la esperanza inclaudicable de encontrar la "La Tierra Prometida", cuántos esfuerzos y desvelos, cuánta familia, cuánto amor a la tierra, es hermosa esta crónica con tu visión autobográfica, y las fotografías que también resumen las vidas de tantos inmigrantes, gracias por compartir estos tesoros con nosotros!
ResponderEliminarDe la rama alejandro christiansen son parientes?(alejandro padre)
ResponderEliminarNo esa es otra FLIA Christiansen
EliminarBravo Pedro, por esas vivencias de tus antepasados, excelente descripción.
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