El guardapolvo blanco, por Magalí Di Croce

 

Era mediados de febrero cuando le pregunté a María Magalí -si consideraba- le quedarían bien a Juana los guardapolvos, sin uso, del año anterior -en virtud de la suspensión de clases por el aislamiento durante la pandemia de coronavirus-, me respondió que sí: que le quedaban perfectos porque se los había hecho hacer grandes.
Se reanudarían las clases en la Escuela. Empezarían las clases presenciales y a todos nos movilizaba, a todos.
Juana, que antes siempre había disfrutado de los feriados, de las vacaciones o de los días sin clases por otros motivos, tenía una gran ansiedad por volver a la Escuela, sé que sus amiguitos estaban igual.
Claro, una cosa es el descanso cuando hay clases en forma habitual, y otra, muy diferente, es no poder ir a la Escuela, no ver a sus amiguitos, a su maestra, y hacer las tareas en casa, sin la presencialidad del aula…
Esta vuelta -después de lo inusual del año  lectivo anterior 2020-, fue esperada y disfrutada.
Las vidrieras del pueblo mostraban, y aún siguen mostrando, útiles, mochilas y guardapolvos…
Y al ver los guardapolvos, me vino a la mente algo que me decía Nelva, mi suegra, siempre hablábamos de la docencia, sabía que en mi familia, mamá, la tía Julieta y Susana eran docentes, muy docentes.
Nelva fue una docente que amó y disfrutó su vocación desde muy joven, recordaba a todos y cada uno de sus alumnos, sus sueños, sus aspiraciones, y lo que me decía una vez, que no lo comprendí tanto en el mismo momento, -sino al experimentarlo- era que al ponerse el guardapolvo blanco ella misma se transformaba, era otra persona, no recordaba otras cuestiones como problemas o preocupaciones, solo pensaba en su clase, en su encuentro con sus queridos alumnos, en lo que iban a hacer, aprender, compartir…La verdad es que me encantaba escuchar eso, pero no entendía mucho que el hecho de “ponerse el guardapolvo” produjera semejante transformación…
Unos años después que ya siendo abogaba me puse a hacer la Carrera de Magisterio, teníamos unas prácticas de observación en la Escuela Nº1, y recuerdo lo que viví en ese patio al ir  entrando, con el guardapolvo blanco –me puse uno de mamá porque yo no tenía-  el guardapolvo era obligatorio aún para las Prácticas de Observación, cuando llegamos con Susana  estaban en el recreo, y los niños al vernos se venían como en bandadas de pájaros a abrazarnos, a convidarnos una galletita, a sonreírnos, a preguntarnos a qué aula nos tocaba ir…fue un impacto tan emotivo, que en ese instante se me vino a la mente lo que me decía Nelva: el guardapolvo blanco produce una transformación no solo en quien lo lleva, sino también en quienes lo ven…
Nunca más me puse un guardapolvo blanco, di clases durante 25 años en secundario, e íbamos los profesores con la ropa habitual.
De lo que sí estoy segura, es de que aún no siendo docente de profesión, he amado y disfrutado a mis alumnos, los recuerdo a todos, y he tratado de dar lo mejor de mí sin guardarme nada de lo que les podía ofrecer y les pudiera servir para la facultad, u otros estudios, o la vida, he tenido el maravilloso ejemplo de mamá y de la tía Julieta que fueron docentes de alma, y aunque yo no llevaba el guardapolvo, al traspasar la puerta del aula, era como si un “guardapolvo invisible” me cubriera, porque me desprendía de todo problema, preocupación o pensamiento, que no fuera lo que íbamos a compartir en ese tiempo….

                                                                      Magalí Di Croce


Además de administrar el presente Blog Intramuros de San Cayetano, he compartido varios textos míos,  los diez  últimos anteriores al presente son:  ",   "La alegría de ser parte de un legado universal" que puedes encontrarlo acá , "El desafío de la libertad" que puedes ver acá .. y "La casa de Mirta, sin MIrta" al que puedes acceder desde aquí y "La excelencia en la simpleza, hacer reir... hacer pensar..." que puedes leer desde acá , "La Fiesta de Nelva" que puedes ver acá , "Dolor en el pueblo" que puedes encontrar aquí , "La casa de calle 50 Nº1132 (17 y 18) que puedes leer desde acá, y  "La Argentina y el adiós a Maradona" que puedes ver desde acá yl "El Padre Pablo", que puedes ver desde Aquí, y "La Misión de Fredy" que puedes leer desde acá

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Comentarios

  1. Que lindo relato Maga! Y es así, las docentes, en su gran mayoría, ponen su corazón además del cuerpo. Si hay alguien esencial, esa es la maestra con su guardapolvo blanco.

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    1. Gracias Anita!!! Con tu mami una docente tan amada lo sabes!!! Y vos tambien has disfrutado de dar clases!!!

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  2. Todo lo que se hace con vocación, provoca una transformación en tu persona, en el momento que estas ejerciéndolo!!! Y el amor y la dedicacion q surge de “la verdadera vocación “es así, tan intangible, tan invisible como tu guardapolvo blanco y tan real, tan palpable como el guardapolvo de Nelva

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    1. Gracias Euge!!! Es así...vos lo has comprobado en el aula y en payamédicos....me imagino que mientras te preparas ya comienza la magia....

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  3. Gracias Magali, gracias a otros tantos que hacen posible este espacio

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  4. Un relato lleno de emociones Maga! En efecto, es imposible concebir la docencia sin esa dimensión vocacional que la acompaña. Educación proviene de dos vocablos latinos educare = nutrir y educere = hacer salir y de eso se trata de alimentar el alma de los aprendices para que que cada uno haga florecer lo que lleva adentro, es ayudar y alentar a que cada uno se construya a sí mismo bajo la guía del docente. No creo que exista profesión más humanizadora. Aunque no seamos concientes, en nuestra forma de mirar el mundo se adivina la impronta de nuestros maestros (comenzando por nuestros padres, nuestros primeros maestros en el camino de la vida).

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    1. Eduardo tu bello comentario, lleno de verdad y enseñanza, enriquece mi texto!!! Gracias!!!

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  5. Ponerse el guardapolvos también es generar igualdad. No solamente en el ámbito educativo.
    Recuerdo cuando el padre Killian Kemper hizo que se tomara la comunión de guardapolvos. El que quería podia hacerse vestidos ,muy usual en la época y motivo de competencia y desigualdad para quien no contaba con esa posilidad. Esos vestidos sólo podían ser usados fuera de la iglesia.
    No sólo igualó y alivió familias, sino que demostró que el lucimiento de costosos trajes nada tenía que ver con el espíritu del evento.
    Ojala todos los niños pudieran tener un guardapolvos hoy para estrenar o re-estrenar en el comienzo de clases.

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    1. Siii genera igualdad, hace unos años que en la Parroquia los niños, todos, toman su primera Comunión con una túnica idéntica, blanca, que tiene también su significado litúrgico y de muy bajo costo económico...para que la centralidad sea Jesús... y no lo exterior...el "revestirnos" tiene su significado....

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  6. Los docentes de alma son así y marcan para bien a sus alumnos...el guardapolvo blanco y todo lo que significa... ¡¡Lindo recuerdo!!!

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